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Jayson Tatum, la estrella de los Boston Celtics, no se duerme en los laureles a pesar de su exitosa temporada. El alero, que conquistó el anillo de la NBA, firmó un contrato histórico y ganó el oro olímpico, ha identificado un área de mejora crucial: su tiro.

"Fue fácil levantarme temprano", confesó Tatum a ESPN, refiriéndose a sus intensas sesiones de entrenamiento. "Y me permitía recoger a mi hijo, Deuce, del colegio". Pero su compromiso iba más allá de la puntualidad. "Estaba haciendo dobles sesiones con Drew Hanlen y Nick Sang para abordar un problema mecánico en mi tiro que surgió a principios de la temporada pasada y volvió a aparecer durante los playoffs y los Olímpicos".

Tatum ha sido explícito al reconocer las dificultades que ha enfrentado con su tiro. Durante la reciente jornada de medios, admitió: "Estaba jugando bien, pero no era el momento adecuado para arreglar los problemas con mi tiro". Sin embargo, la pretemporada le brinda la oportunidad perfecta para concentrarse en solucionar este inconveniente.

El problema mecánico en su tiro, que según Tatum ha afectado su precisión, especialmente en los tiros de media distancia, es algo que ha estado trabajando activamente para corregir. Los datos respaldan sus afirmaciones: en los playoffs, su porcentaje de acierto en tiros de media distancia fue tan bajo como un 19.4%.