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Pese a su perfil bajo, su poca exposición y a no ser un personaje que llame la atención, es el centro de atención de la NBA, la mejor liga del planeta. Mark Daigneault es el arquitecto de este presente de ensueño de Oklahoma City Thunder. Claramente es merecedor de su reciente reconocimiento como el mejor entrenador de la temporada.

Daigneault tiene 39 años recién cumplidos y es uno de los más jóvenes de los entrenadores de la temporada actual. Tranquilamente podría ser jugador en vez de entrenador, tiene la misma edad que LeBron James, por ejemplo. Mark es una persona adulta dentro del cuerpo de un joven. Siempre lo fue.

Es apenas su cuarta temporada como entrenador en la NBA. Anteriormente estuvo un largo período, fueron cinco años, al frente de OKC Blue, la filial de la franquicia que compite en la G-League. Lleva una carrera que está cerca de la década, con lo cual su etapa como head coach en los niveles más altos, comenzó a una corta edad. Incluso en su etapa universitaria antes de jugar, eligió comenzar a construir su carrera como entrenador.

En OKC Blue fue dando pasos sólidos. Tuvo cuatro apariciones en playoffs y tres títulos divisionales. Asumió el cargo de entrenador del Thunder en 2020 después de que Billy Donovan se fuera para convertirse en entrenador de los Chicago Bulls. Mark era integrante del staff del coach saliente desde hace un año.

Es uno de los pilares más importantes de la reconstrucción de Oklahoma luego de la partida de sus jugadores estrellas como Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden. Tras esa etapa, en la cual llegaron a jugar la final de la NBA en la temporada 2011/12, la sangría comenzó y la franquicia fue cayendo cada vez más.

En la 2019/20 fue la última vez que jugaron los playoffs. En la 2020/21 asumió Daigneault y ya con un plantel prácticamente renovado, sin ninguna de las grandes estrellas que supieron brillar en el Thunder, Shai Gilgeous Alexander fue el cimiento sobre el cual comenzaron a edificar al nuevo equipo.

No solo fueron 3 temporadas sin postemporada, sino que en ninguna pudo terminar con récord positivo. Eso sí, fueron mejorando año a año hasta dar el zarpazo en la actual. Hoy por hoy gozan de un gran presente y un futuro aún más auspicioso, ya que Sam Presti desde las oficinas se encargó de hacer grandes negocios, entregó sus estrellas a cambio de un sinfín de picks de primera ronda hasta dentro de varios años más.

Presti es una de las cuatro patas fundamentales de este equipo. Shai y Chet Holmgren desde adentro de la cancha y el mismísimo Daigneault lo es desde el banco de suplentes. La mano de Mark se vio, se notó y se le reconoció. Ser elegido el mejor entrenador del año en la NBA, es un privilegio para pocos. Él lo tiene más que merecido. Hizo su camino, lo construyó año a año, creyó en sus condiciones y hoy está en el prime de su carrera.