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Ricky Rubio, jugador de 33 años, anunció su retiro de la NBA priorizando su salud mental, cancelando su contrato con los Cleveland Cavaliers y decidiendo no continuar en la liga. Agradeció el apoyo del equipo y destacó su paso por Cleveland, Minnesota Timberwolves, Utah Jazz y Phoenix Suns, mencionando que es probable que continúe su carrera profesional en España tras poner fin a su trayectoria en la NBA. A pesar de promediar 10.8 puntos y 7.4 asistencias por juego desde su ingreso a la liga, se retiró tras enfrentar lesiones y uniéndose a otros jugadores que han priorizado su bienestar mental sobre su carrera, recibiendo elogios por su decisión.

Ricky Rubio ha experimentado un viaje repleto de desafíos y éxitos a lo largo de su carrera en el baloncesto profesional. Desde su llegada precoz a la élite a los 14 años, vivió bajo una atención intensa y grandes expectativas. A pesar de ser considerado un talento excepcional, no estuvo exento de críticas. Sus estadísticas de tiro, en ocasiones deficientes, y la tragedia personal por la pérdida de su madre en 2016, fueron aspectos que contribuyeron a una etapa difícil en su vida.

Pese a todo, lideró magistralmente a España hasta la gran final de Pekín. En ese crucial encuentro contra Argentina 95-75, Rubio no solo contribuyó al triunfo del equipo, sino que además fue reconocido como el mejor jugador tanto del campeonato como de la final. Durante los ocho partidos disputados, mantuvo un promedio de 16.4 puntos, 4.6 rebotes, 6 asistencias y 1.5 robos, con una destacada actuación de 20 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias contra la albiceleste.

Rubio superó las críticas deportivas. Los constantes achaques a un extranjero que llegó a la NBA como el quinto de su draft con el tiempo fueron exagerados, con su disfrute y el de todo su país festejando un título Mundial. Personalmente, la superación y la madurez también llegó. Tras el fallecimiento de su madre, enferma de cáncer por años, Ricky creó su fundación para ayudar a las víctimas de la enfermedad que le quitó a su madre. Misma madurez tuvo luego, cuando dio un ejemplo dando un paso al costado del Mundial 2023 para dedicarse a su salud mental.

Rubio también brilló y renació en la NBA, demostrando su calidad con actuaciones memorables, como su destacado juego ante los New York Knicks, donde anotó 37 puntos, incluyendo un impresionante 8 de 9 en triples, además de repartir 10 asistencias, siendo el primero en lograrlo saliendo desde el banquillo. 

Tras esa gran noche, Ricky realizó una reflexión y un resumen mejor que el que pueda escribir cualquiera, dijo:“ Ha sido un proceso de muchas maneras, tanto físico como mental como de momento al final. Durante mi carrera he tenido muchos altibajos. Llegué a la NBA con mucha confianza, me rompí la rodilla en mi primer año, el cuarto año tuve una operación de tobillo, después problemas personales, y llega un momento donde tu cabeza te da mucho qué pensar. Ves que a los 15 o 20 años el baloncesto lo es todo, pero van pasando los años y ves que hay más allá”.

Para Ricky hubo más, tras sus caídas y seguramente habrá más, tras este día.