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En la historia de la NBA hay miles de historias y una gran cantidad de jugadores que pasaron por la mejor liga del mundo. Algunos de ellos eran grandes promesas por ser figuras en la NCAA o venir de actuaciones destacadas, pero por ser contemporáneos o compartir equipo con grandes estrellas, quedaron opacados.

Quintin Dailey, fue un jugador nacido en Baltimore en los inicios de 1961. Desde su época de High school comenzó a destacarse, su capacidad anotadora era su principal arma y sus condiciones para jugar de base lo llevaron a participar del prestigioso McDonald’s All American Game.

Su etapa universitaria la transcurrió en la Universidad de San Francisco con un crecimiento progresivo, que fue mejorando con el correr de las temporadas y fue tomando mayor protagonismo dentro del equipo. Su periplo universitario terminó con 25.2 puntos, 5.2 rebotes, 2.7 asistencias y 1.5 recuperos de promedio en la última temporada.

En 1982 dio su gran salto a la NBA. Chicago Bulls lo escogió en la séptima posición del draft, el mismo en el cual fueron elegidos James Worthy (#1), Dominique Wilkins (#3), entre otros. No demoró en convertirse en uno de los principales referentes del equipo, en su primera temporada fue elegido dentro del Quinteto Ideal de los Rookies. Para la 1983/84 su protagonismo creció más aún dentro del equipo, se convirtió en el segundo máximo anotador de los Bulls por detrás de Orlando Woolridge a poco más de un punto de diferencia (19.3 a 18.2).

Pero en el recordado draft de 1984, en el cual fueron elegidos Hakeem Olajuwon, Charles Barkley, John Stockton y, ni más ni menos que Michael Jordan. No hace falta decir mucho quién fue Su Majestad a lo largo de los años, su irrupción en la NBA automáticamente fue determinante. 

No demoró nada en convertirse en la gran figura de Chicago Bulls, quien perdió terreno y protagonismo fue, ni más ni menos, que Quintin Dailey. Lo relegó a ser el tercer goleador del equipo, sus minutos decayeron y no fue titular en ningún partido en toda la temporada.

Quintin se quedó una temporada más en los Bulls, la 85/86, pero continuó perdiendo terreno en el equipo. Para la 87/87 cambió de aire, se fue a Los Angeles Clippers, allí permaneció tres años, se mantuvo con un buen desempeño pero su carrera ya no volvió a ser la misma. Jugó sus últimas tres temporadas en Seattle Supersonics, pero su nivel decayó considerablemente.