Basquetplus.com

Hubo un tiempo en que Emoni Bates era comparado a LeBron James, por su paso por la secundaria, y a Kevin Durant, por su parecido físico. Fue catalogado como uno de los mejores jugadores de secundaria del país. Estuvo en portada de Sports Illustrated, una de las revistas más prestigiosas, antes de comenzar su segundo año de secundaria y desde entonces solo acumuló elogios durante los siguientes tres años, ingresando a la universidad como uno de los reclutas mejor clasificados de su clase.
 

Pero las cosas no han ido según lo planeado desde que dejó la escuela secundaria. Bates originalmente se comprometió con el estado de Michigan antes de retirarse e irse a Memphis. En su primer año, fue detenido por posesión de armas, luchó con la presión de ser estrella, lidió con lesiones, diferentes responsabilidades ofensivas y el mayor nivel de competencia. Entonces era anunciado como un anotador letal, pero promedió un solo dígito y disparó por debajo del 40 por ciento desde el campo.
 

Al final de esa temporada, Bates se cambió al este de Michigan, su suelo natal, que lo vio convertirse en una estrella de secundaria. Ha trabajado para reconstruir su posición en el draft, con un promedio de 20,5 puntos por partido, 5,7 rebotes y 1,1 asistencias por partido. Números para agarrar con pinzas, por el pésimo récord de su equipo y por el nivel menor de la conferencia. Ese potencial anotador se destacó en su pasado juego de 43 puntos contra Toledo, donde Bates anotó 29 puntos seguidos en la primera mitad, e hizo voltear la mirada de todos hacia él. Esperemos a ver hasta donde llega su escala de puestos y quien se lleva lo que será una de las grandes apuestas del próximo Draft.