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“Ya lo ví todo. Lancé tiros que no tocaron el aro en un juego siete, otros consecutivos en Oklahoma… Estuve acá abajo. ¡El único camino ahora es hacia arriba! Fallé ocho seguidos, hice suficiente… Me la volcaron en la cara, entrenador. Me hicieron crossovers”.

Entre risas, Giannis Antetokounmpo abrazó los errores y, en un video que se viralizó ayer, dejó en claro que a las equivocaciones hay que aceptarlas e intentar convivir con ellas para luego despejarlas con trabajo y ética.

Esa autoconvicción no solo está siendo un par de palabras en el viento, sino que el griego viene teniendo los playoffs más sólidos de su carrera, entendiendo los momentos y lugares en los que puede hacer daño en ataque.

Cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué, aprovechando los tiradores para postearse o liquidar desde los aclarados en el eje, corriendo la cancha como siempre, aceptando que jamás será un tirador de tres y siendo un hombre de roll perfecto para definir con eficiencia cerca del aro, Giannis no está dejando dudas en la postemporada con Milwaukee.

Con paciencia, el griego encuentra los espacios y en la pintura no hay oposición posible para él, ya que hasta ahora anotó 118 de sus 158 intentos en la zona restringida, a un espectacular 74,7%.

En esta acción, por ejemplo, se ve el papel que está explotando como hombre de roll, es decir, girando tras ponerle la cortina a Jrue Holiday. Primero sella muy bien a Kevin Huerter y luego cae rápido y liquida tras esquivar en el mismo salto a Clint Capela.

2,7 puntos por encuentro en estos playoffs en esa función, convirtiendo con un porcentaje del 70,8% y demostrando cómo pueden sus compañeros tenerlo de referencia en las caídas, siempre destacando la efectividad de Holiday y de Khris Middleton como portadores y con los tiradores replegados en los codos y esquinas para favorecer el spacing (espacio).

Apenas anotó diez de sus 54 intentos de tres, pero eso poco le importa porque no está abusando de la materia y, a pesar de que su selección de tiro es por momentos cuestionable, el griego viene mostrando esa madurez para saber comprender cómo atacar desde el eje.

Es, de hecho, el sexto jugador que más puntos de promedio anota en aclarados en estos playoffs, con 6,4 de media. Además, convierte casi la mitad de sus intentos (48,7% en el apartado) y Milwaukee, junto con Mike Budenholzer, tiene mucho que ver en ello, como se ve en esta situación en la que Giannis es la única referencia interior con cuatro tiradores para que ningún defensor ayude.

Esa misma habilidad para resolver la está demostrando en el poste bajo, en donde utiliza su fuerza, velocidad de pies y capacidad de modificar sus lanzamientos en el aire para liquidar a su antojo, especialmente en la serie contra Atlanta, que posee interiores más livianos que él como Capela y Collins.

Clint, su asignación principal en esta llave, recibió 34 puntos por parte de Antetokounmpo en tan solo 18 minutos y 74,3 posesiones parciales. Lo mismo John, quien otorgó 19 tantos cuando tuvo al griego enfrente en 4:31 y 17,9, obligándolo a fallar en solo seis de los 13 intentos en los que Giannis lanzó al aro.

Junto con todo eso, en el clutch del último partido ante Atlanta se pudo ver mucho esta faceta, en la que Giannis destrozó a Gallinari, Capela y Collins constantemente para que los Bucks se lleven la victoria que los puso 2-1 arriba en la serie, pero no solo en ese juego el griego viene respondiendo en los cinco minutos finales de los cotejos.

Hasta ahora su lectura está siendo excelente en los cierres, manteniéndose como el segundo jugador de los playoffs con más puntos totales en esos momentos (29), solo por detrás de Trae Young (39), y lanzando de manera eficiente (57,9% en tiros de campo, con 11/19) en casi todos los aspectos, con excepción de los libres (43,8%, con 7/16). 

El final de la carrera parece estar cerca para Antetokounmpo. Como él mismo dijo, ya vivió las mil y una noches en vilo y está más enfocado que nunca para buscar un lugar en las finales de la NBA. Abrazar el error y seguir corriendo, no hay otra que continuar intentando, jugando, gritando y luchando.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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