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Wilt Chamberlain es el sinónimo perfecto de la palabra récord en la NBA. Sus más de cien marcas lo convierten en un mito de las estadísticas, de los registros y del dominio individual sobre una cancha de básquet. El más recordado de todos es aquel que le permitió anotar 100 puntos en un partido, pero la realidad indica que esa jornada estuvo inmersa en una racha incluso más asombrosa. Una que comenzó hace exactamente 59 años.

Un día como hoy pero de 1961, el legendario pivote que por ese entonces vestía la camiseta de los Philadelphia Warriors sumó 48 tantos en una derrota 113-118 de los suyos ante Los Ángeles Lakers. Lo que bien pudo ser una noche vacía se transformó en el inicio de una seguidilla que nadie jamás ha podido superar: a partir de ese momento, Chamberlain encadenó un total de 126 enfrentamientos en los que marcó al menos 20 unidades. Para entender lo que significó ese hito, vale ponerlo en un calendario: duró hasta el 19 de enero de 1963. Quince meses.

Todo llegó a su fin cuando el interno sólo disputó 4 minutos y logró 6 puntos en un cruce ante Saint Louis Hawks. Desde aquella carrera imponente, apenas un jugador ha sido capaz de acercarse apenas un poco. ¿Su nombre? Wilt Chamberlain: a un mes de haber terminado la racha, empezó otra que duró 92 juegos entre 1963 y 1964. Oscar Robertson, con 72, completa el podio de ese apartado.

¿Y más adelante en el tiempo? Desde 1983 hasta la actualidad, el Departamento de Estadísticas de la NBA reconoce a únicamente dos atletas que han podido sobrepasar la barrera de los 70 encuentros con al menos 20 tantos de forma consecutiva: Michael Jordan y Kevin Durant, con 72 por cabeza. James Harden llegó a 57 y su racha, la más reciente de todas, terminó en 2019.