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LeBron James tiene una particularidad que casi no ha tenido nadie en la historia de la NBA. Con diez series finales disputadas, incluyendo esta, le han pasado prácticamente todas las cosas que le pueden pasar a un jugador en una final: ganar, perder, ganar luego de ir 1-3 en la serie, perder siendo barrido, ganar en un séptimo juego...todo. 

Por eso, lo de ayer en el Juego 3 no cambia la historia ni la vida de LeBron, que se tomó las cosas con bastante tranquilidad, más allá de que en el partido se lo vio bastante disgustado, incluso con sus compañeros, aunque también debía haber parte que era autorreproche por sus 8 pérdidas, apenas 2 menos que el récord histórico de Magic Johnson en 1980.

"No estamos preocupados. Sabemos que podemos jugar mucho mejor. Tenemos otra oportunidad de tomar la ventaja en la serie el martes", dijo James tras el juego. Y fue además autocrítico: "No podemos perder la pelota contra este equipo y yo asumo toda la responsabilidad. No podemos hacer eso, obviamente, porque les permitimos más posesiones. Ellos son un equipo muy bueno ofensivamente".

Demostrando además su grandeza, no le tembló la voz para hablar de Butler: "Jimmy estuvo fenomenal. Hizo todo lo que necesitaban que hiciera esta noche en un partido importantísimo. Me encanta, me encanta. Es uno de los mejores competidores que tenemos en nuestro juego. No sé cuántas oportunidades más tendré de jugar contra un competidor tan feroz como él".