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El adiós al hand-checking, la medida que cambió a la NBA

16:33 17/09/2020 | En 2004, la liga estableció una prohibición a la hora de defender que hizo florecer el impacto ofensivo de los perimetrales.

Kevin Johnson y John Stockton. (Foto: Getty Images)

"Un defensor no puede colocar y mantener su mano sobre un oponente a menos que esté en el área cercana al aro y de espaldas a él. Un defensor puede tocar momentáneamente a un oponente con su mano en cualquier lugar de la cancha siempre que no afecte el movimiento del oponente, ya sea en su velocidad, rapidez, equilibrio o ritmo", reza la regla que cambió el futuro de la NBA. La medida fue tomada en 2004 y definió, casi de forma total, el modo de juego que actualmente reina en la liga. Pero, ¿por qué suprimir el hand-checking fue tan determinante?

En los inicios de la competencia, se estableció una premisa tácita que con el tiempo se volvió casi inquebrantable: para ganar, era necesario contar con un pivote dominante. La presencia de "grandotes" era el factor fundamental en la creación de un equipo y así se fueron sucediendo las épocas: desde George Mikan a Wilt Chamberlain y Bill Russell, de ellos a Kareem Abdul-Jabbar y luego a Hakeem Olajuwon, Patrick Ewing para llegar finalmente a Tim Duncan, David Robinson y Shaquille O'Neal. Todos con una cualidad: su impacto en las cercanías del canasto. Apariciones como las de Magic Johnson, Larry Bird, Isiah Thomas y principalmente Michael Jordan inclinaron un poco la balanza, pero el juego siempre giró en torno a la pintura.

Eso, más allá de su pertinente éxito en múltiples franquicias,  hizo que el ritmo bajara considerablemente a un punto que comenzó a preocupar fuertemente a los responsables de la competición. En 1999, con la consagración de los San Antonio Spurs de las Torres Gemelas, el pace cayó a la cifra más baja de la historia: 88,9 posesiones. Dominios como el de los Lakers del Three-peat y consagraciones como la de los Detroit Pistons en 2004 no hicieron más que profundizar la idea de que un juego lento y basado en los internos era la fórmula necesaria. Entonces, la NBA tomó cartas en el asunto.

El mismo año que los Bad Boys 2.0 establecieron el ritmo más bajo para un campeón con 87,9, se eliminó la acción que más perjudicaba el impacto de los perimetrales: el hand-checking. ¿Qué implicaba esto? Que los jugadores exteriores pudieran hacer uso de su velocidad sin que los defensores pudieran someterlos y frenarlos tan fácilmente. Más espacio y posibilidades de sobreponerse para el ataque y una mayor cantidad de faltas cobradas que, inevitablemente, desembocan en una mayor cantidad de tiros libres y de cambios de posesión. El ritmo estaba a punto de subir.

A partir de ese momento, el desarrollo de los partidos cambió totalmente su eje. Otras medidas como los tres segundos defensivos le complicaron aún más la vida a los interiores dedicados a jugar cerca del aro y el foco se puso en los perimetrales, quienes gozaron de mayor libertad y la aprovecharon. La utilización de los pivotes en el poste bajo se había vuelto rutinaria y, con esta regla, los equipos se vieron obligados a expandir sus ofensivas. ¿Cómo? Moviendo el balón con mayor rapidez. Generando espacios. En definitiva, acelerando el ritmo de juego.

Con el pace en alza y los internos castigados por las reglas, la función del creador de juego volvió a ser vital. Era hora de recuperar al base más puro.

Los datos son claros: de 2004 al 2020, el ritmo promedio de la competencia ha pasado de 90,1 a 100.3. De las quince entregas del MVP de temporada regular, siete fueron directamente para bases. Otras, para perimetrales como Kobe Bryant o Kevin Durant y jugadores que combinan funciones como LeBron James o Giannis Antetokounmpo.

Dirk Nowitkzi fue lo más cercano a un pivote que obtuvo el premio, con un estilo mucho más alejado del juego al poste y centrado en el tiro. Los ataques como el de los Phoenix Suns y o los Golden State Warriors, impulsados por la creatividad del "point-guard", han servido de molde para muchos otros. Y los "grandotes" han tenido que aprender a salir a las "afueras" para ser determinantes. 2004 supuso un punto de inflexión para el básquet en los Estados Unidos y deberá recordarse como el año en el que todo cambió para siempre.

Leandro Carranza | [email protected]
En Twitter: @basquetplus | En Twitter: @leocarranza99

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