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The Palace of Auburn Hills supo ser uno de los estadios míticos de la NBA durante más de 3 décadas. Hablar de él era hablar de la gloria de los Bad Boys de Detroit Pistons, que de alguna manera nacieron allí apenas inaugurado. 

El estadio se estrenó el 13 de agosto de 1988 y en 1989 y 1990, los Pistons consiguieron el título de la NBA, dándole a la ciudad una gloria que no había tenido nunca en el básquetbol. The Palace fue, además, era el escenario más grande (22.076 espectadores) y el que mayor promedio de público tuvo entre 2002 y 2006.

Además de esos dos campeonatos, Detroit volvió a consagrarse campeón siendo local en esa cancha en la inolvidable temporada 2003/04, donde sometieron 4-1 a los grandes favoritos, Los Angeles Lakers, que tenían a Kobe Bryant y Shaquille O'Neal en el equipo.

En ese 2004, también fueron noticia, cuando el 19 de noviembre se armó una de las peores peleas de la historia de la NBA entre Detroit e Indiana, que terminó con una batahola en la que se involucró el público y donde varios jugadores fueron duramente sancionados, sobre todo Ron Artest y Stephen Jackson, de los Pacers. 

En el 2005, The Palace fue también el sitio donde Manu Ginóbili quizá tuvo el mayor destaque de su carrera, cuando en la final número 5, la decisiva, anotó 15 puntos y dio 9 asistencias para inclinar la serie 3-2 para los Spurs, que terminaron ganando en séptimo juego. 

Hoy 11 de julio, por la mañana, luego de 3 años tras su clausura, este estadio, abandonado y ubicado a 40 kilómetros de la ciudad de Detroit, se fue para siempre. La demolición duró segundos y en ese tiempo se terminó una historia, quizá la más importante de todos los tiempos para los Pistons.