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Cuando la NBA llama a tu puerta es porque sos verdaderamente bueno, al menos así lo afirman los especialistas. Y la liga llamó a Oscar Schmidt en el Draft de 1984, cuando New Jersey Nets lo seleccionó en el pick 131 de la sexta ronda. "¿Sexta ronda? No, no, no. Vamos", comentó el brasileño al enterarse, mostrándose bastante fastidioso porque lo habían elegido muy abajo en el sorteo. Para ese entonces el tirador ya era una estrella en el mundo FIBA y pensó que lo subestimaron.

A pesar de eso, Oscar fue al Training Camp de aquel año, y jugó tan bien que le ofrecieron un contrato con la cláusula no-cut (sin corte) que evitaba que la franquicia lo corte en determinado momento por rendimiento deportivo o por cualquier otra causa. ¿Que les dijo él? Un simple: "No, gracias". La razón detrás de eso era que ir a la NBA significaba no poder jugar para la selección de Brasil, de acuerdo a las reglas de esa época, algo que el carioca no deseaba ni en sus peores pesadillas. Y el otro motivo era que tampoco pagaban mucho en ese entonces. 

¿Qué hubiera sido de Schmidt en la NBA? Difícil de contestar, especialmente porque no era una época en la que los jugadores internacionales contaban con mucho protagonismo en la liga de Estados Unidos. Luego tuvo una oportunidad cuando cambiaron las reglas, pero él ya tenía 35 años. "Estoy muy viejo para ser un cachorro", confesó el Mano Santa cuando le preguntaron acerca del sorteo.