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Desde el debut de Pepe Sánchez y Ruben Wolkowyski en el 2000, la relación entre la NBA y Argentina se mantuvo con la presencia de al menos un jugador casi de manera intermitente (nadie jugó en la 2001/02) por dieciocho temporadas. Uno de esos representantes fue Luis Scola, quien en 2007 se convirtió en el octavo argentino en pisar la competencia estadounidense.

La conexión del interno con la liga nace en 2002, año en el que fue seleccionado en el puesto 56 del Draft por los San Antonio Spurs. Tres campañas después, mientras Scola militaba en el Baskonia de España, la franquicia que tenía a Manu Ginóbili entre sus integrantes se interesó por contratarlo. Sin embargo, las negociaciones no llegaron a buen puerto y el exjugador de Ferro tuvo que esperar un poco más para arribar a los Estados Unidos. Lo hizo en 2007, pero con la camiseta de los Houston Rockets. Con 27 años, no tardó en impactar. A pesar de ser un novato en la NBA, Scola tenía la experiencia suficiente como para ser considerado como un veterano. Ya había sido subcampeón del mundo, campeón olímpico y MVP de la ACB. Todo eso se plasmó en la cancha durante su primera temporada, en la que promedió 10,3 puntos y 6,3 rebotes y quedó tercero en la votación por el premio al Rookie del Año, que finalmente fue otorgado a Kevin Durant.

Scola defendió los colores del equipo texano durante cinco temporadas y desarrolló una gran amistad con el chino Yao Ming, figura de la institución. Pese a esto, en 2012 los Rockets decidieron cortarlo mediante una cláusula que les permitía liberar espacio salarial. Este movimiento no estuvo marcado por sus actuaciones, que fueron muy valoradas por la franquicia, sino porque la misma tenía como objetivo fichar a Dwight Howard o James Harden. Finalmente, se quedaron con el segundo.

Cleveland Cavaliers y Dallas Mavericks se interesaron en el argentino, pero fue Phoenix Suns quien se hizo con sus servicios. Duró apenas un curso, en el que tuvo un buen rendimiento pero bajó sus promedios estadísticos en relación a lo que había hecho en Houston. Al finalizar el año, lo incluyeron en un traspaso que lo depositó en Indiana Pacers. ¿Una de las razones? Larry Bird, Presidente de Operaciones de Básquet del equipo, lo quería en el plantel: “Tiene experiencia, tanto en la NBA como internacionalmente. Es el jugador que necesitamos”, declaró el legendario exjugador tras su llegada. Luifa pasó dos campañas en un conjunto que era candidato y que lo necesitaba como respaldo del quinteto titular. Alcanzaron las Finales de Conferencia Este en 2014, pero cayeron en manos del Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.

Un año después, fue traspasado a Toronto Raptors. En el elenco canadiense le devolvieron la titularidad y desempeñó un papel clave en el desarrollo de la mejor temporada regular en la historia de la organización hasta ese momento. Sin embargo, los Cleveland Cavaliers (y, otra vez, LeBron James) frenaron su marcha en la serie decisiva de la Conferencia. Su última experiencia en la competencia se dio en los Brooklyn Nets. Scola disputó sólo 36 encuentros y, en 2017, lo cortaron para desprenderse de su contrato. El ala pivote decidió irse a China, dándole fin a una racha de once años consecutivos como parte de la mejor liga del mundo.