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Este fin de semana se llevó a cabo un partido amistoso entre Francia y Grecia, a modo de preparación para la cuarta ventana FIBA. Sin embargo, el encuentro estuvo muy lejos de ser distendido, sino que se jugó como su fuera uno por los porotos. A un punto tal, que Kostas Papanikolaou fue expulsado en los minutos finales del tercer cuarto, tras haber protestado de manera vehemente por una falta ofensiva en contra de su equipo. 

Pero en ese momento apenas comenzó el incidente que se destacó en el partido que finalemente ganaron los galos por un marcador 84-68 (Batum, figura con 13 puntos y 12 rebotes). Resulta que, segundos después de que el alero griego ingresara en el túnel que lleva en los vestuarios, comenzó a sonar la alarma de incendios. Como sucede protocolarmente, a los pocos segundos se anunció por los megáfonos, a través de una grabación, que el estadio debía ser evacuado.

La organización del estadio Pierre de Coubertin actuó rápidamente y evitó que el incidente pasara a mayores, al constatarse que había sido una falsa alarma. Como dijimos anteriormente, el juego pudo concluir y Francia se quedó con el triunfo con base en un gran rendimiento de Batum, pero Papanikolaou se mantuvo en el ojo de la tormenta. No se encontró evidencia de que él haya encendido la alarma, pese a que todas las miradas de las autoridades hayan ido hacia el alero. 

El jugador se defendió una vez que finalizó el compromiso: "No lo presioné, ni siquiera sabía dónde estaba, ya que jugué en este estadio por primera vez. No podía haberlo sabido. Todavía no me he convertido en un terrorista". También se refirió al exabrupto que lo obligó a abandonar el partido: "Fue un mal momento, me disculpé porque no estuve bien y creé un problema. Quiero olvidarlo, pedí disculpas a todo el equipo y a los griegos".