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Otra vez sin tres de sus cuatro lesionados, pero al menos con el regreso de Walter Herrmann, San Lorenzo intentaba cortar la racha de dos derrotas seguidas de local que le complicaban la clasificación al Súper 4 que, hasta la racha de bajas, parecía imposible de perder.

A pesar de Herrmann, que no solucionaba todos los problemas, obvio, el arranque fue muy flojo, con Freeman dominando el uno contra uno en la pintura y Treise manejando los hilos de la ofensiva visitante con mucha claridad y visión. 

Así Boca sacó 11 (15-4). Lamas mandó a Flor a la cancha y el pibe le dio una mayor dinámica al local, además de una bomba de tres que fue un impulso anímico en una noche donde los tiros, normalmente, terminaban afuera del cesto.

Boca igual nunca perdió del todo el control del juego, aunque sí la diferencia. San Lorenzo empezó a pesar más en la pintura con Lydeka, Herrmann entró más en contacto con el balón (aunque con bajos porcentajes) y tras el 21-26 del primer cuarto, se puso a 2 promediando el período (26-28).

En Boca bajó mucho la creatividad de Treise, además de sus tiros, Freeman siguió haciéndose cargo de la ofensiva (13 en la mitad), pero lo hizo demasiado solo. San Lorenzo llegó a achicar a 1 (32-33), para irse al descanso largo 32-35, superado el temporal. Una forma de decir, porque al resultado parejo, San Lorenzo le sumaba otro lesionado: Roquez Johnson, esguinzado en su tobillo izquierdo.

Con esa nueva baja, San Lorenzo quedó más corto de lo que ya era, y volvió a tener que enfrentar la dualidad del momento: forzar el físico de los que quedaban para buscar un triunfo que lo acerque al Súper 4, o arriesgar la victoria rotando a los pibes.

De entrada Lamas jugó con los veteranos, alcanzó y pasó a Boca con un triple de Musso (42-41), y entonces volvió a poner a Flor y Cerminatto, y le salió bien, porque no solo mantuvo el tanteador, sino que se fue arriba por 4 (la máxima hasta el momento), al final del tercer cuarto.

No era un juego lucido, ni muy bien jugado, ni preciso, pero la trascendencia de sus nombres le ponía peso propio. Boca siguió muy irregular, pero aún así no le permitió a su rival mantener la rotación, porque Hernández usó su físico contra Herrmann (5 puntos seguidos), San Lorenzo forzó de más un rato el cuerpo pero aguantó, aunque una caída de Herrmann tras una bomba en un costado hizo pensar lo peor. Fue apenas un golpe y el pelilargo, luego del triple, clavó otro doble que le dio 7 (71-64), a 3m45s del final, y algo de aire, aunque no mucho, porque el cansancio empezó a jugar fuerte y Boca, aprovechándolo, le metió un 6-0 en un minuto para dejar todo casi como al principio (71-70).

Otros dos errores no forzados de San Lorenzo, más una bomba de Ramírez Barrios y un 1/2 en libres del propio correntino, dejaron a Boca al borde del triunfo (74-71). San Lorenzo no logró enfocarse en el cierre y nuevamente equivocó el camino, con un tiro de tres de Herrmann con marca encima, y Boccia lo sentenció con un tiro desde cinco metros, más allá de que luego Fells tuvo la chance de igualar el juego.

Fue de Boca 77-74, tercera caída seguida de San Lorenzo de local y preocupación doble para Lamas: por la complicación en la llegada al Súper 4 y por la lesión de Johnson. Boca concretó su segunda victoria seguida y esta vez, en la cancha de Obras, no falló al final.