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Victor Wembanyama no solo está redefiniendo lo que significa ser un jugador alto en la NBA, sino que también está rompiendo esquemas sobre cómo se interpreta el básquet moderno. Tras disputar 99 partidos en la liga, el francés de 2,24 metros suma más triples (221) que volcadas (220), un dato que habría sido impensable hace unos años para alguien de su tamaño. En lugar de enfocarse exclusivamente en el juego cerca del aro, Wemby demuestra que la evolución de la NBA prioriza la versatilidad y la capacidad de estirar la cancha, incluso para los jugadores más altos.

Hay dos factores clave que explican esta tendencia. Por un lado, muchas de sus jugadas terminan en bandejas en lugar de mates, lo que demuestra una preferencia por soluciones técnicas más controladas. Por el otro, Wembanyama está afinando su tiro exterior, alcanzando un respetable 35.5% en triples, lo que lo convierte en una amenaza desde el perímetro. Con este enfoque, no solo maximiza el valor matemático de los tiros de tres puntos, sino que también encarna el cambio hacia un juego más dinámico y abierto en la NBA.

El impacto de Wembanyama trasciende las estadísticas: la torre de San Antonio es el ideal del jugador moderno que combina altura, habilidad y versatilidad en partes iguales. Su capacidad para lanzar de larga distancia y también intimidar en la pintura consolida su posición como un fenómeno único, y, a su vez, subraya cómo la NBA sigue transformándose hacia un estilo más global y centrado en el espacio y el ritmo. Con casi 100 partidos como referencia, el francés está marcando un antes y un después en la liga.