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En un desenlace de película, Houston firmó una de las remontadas más espectaculares de esta March Madness y dejó en el camino al máximo favorito: Duke. Con un cierre frenético, los Cougars ganaron 70-67 tras revertir una desventaja de 14 puntos en los últimos ocho minutos. Cooper Flagg, el freshman más dominante del país y principal candidato al N°1 del próximo draft de la NBA, practicamente se despidió del básquet universitario sin el trofeo, en una noche que combinó su brillo individual con el colapso colectivo de su equipo.

Durante buena parte del juego, parecía que todo saldría según lo previsto para los Blue Devils. Flagg dominaba ambos costados de la cancha y Duke manejaba con solidez el ritmo del partido. Con poco más de ocho minutos por jugar, ganaban 59-45 y su estrella ya sumaba más de veinte puntos. Pero Houston, fiel a su estilo aguerrido y defensivo, encendió las alarmas en el cierre y protagonizó un parcial de 15-3 que sacudió el marcador y también las ilusiones del elenco de Carolina del Norte.

El momento clave llegó a 19 segundos del final, cuando Flagg cometió una falta sobre J’Wan Roberts que derivó en dos libres convertidos por el jugador de Houston, dándole la ventaja definitiva a los texanos. Flagg tuvo la chance de redimirse, pero su tiro en suspensión —a nueve segundos del final— rebotó en el aro y se esfumaron las chances de sobrevivir. L.J. Cryer, figura absoluta de los Cougars con 26 puntos y 6 triples, selló el marcador desde la línea para hundir a Duke en el silencio.

La defensa de Houston fue un martillo en los últimos diez minutos: Duke sólo metió un tiro de campo en ese lapso. La solidez colectiva de los texanos, sumada a la sangre fría de Sharp (16 puntos) y al dominio en los rebotes (42 a 31), contrarrestaron el talento individual de Flagg, quien terminó con 27 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias, 3 tapones y 2 robos. Sus números fueron brillantes, pero no alcanzaron para evitar la caída en su séptima Final Four.

Ahora, Houston va por su primera corona nacional ante Florida, que dejó atrás a Auburn por 79-73 gracias a una actuación memorable de Walter Clayton Jr., autor de 34 puntos. Será la séptima final de los Cougars, que buscan revancha tras décadas de sequía, mientras que los Gators no llegan a esta instancia desde 2007, año en que conquistaron su segundo título consecutivo. En ambos equipos, el hambre de gloria está intacto. En la final femenina se medirám dos pesos pesados; UConn (11 veces campeón) y South Carolina (vigente campeón).