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NBA

La historia desconocida detrás del juego de 100 puntos de Chamberlain

13:30 02/03/2025 | El juego de mayor anotación en la historia de la NBA es algo totalmente épico, pero las horas previas de Wilt también. Una leyenda dentro y fuera de las canchas.

Chamberlain y el mito detrás de su juego récord

El 2 de marzo de 1962, Wilt Chamberlain logró la hazaña más impactante en la historia del básquet: anotó 100 puntos en un solo partido con los Philadelphia Warriors ante los New York Knicks. Sin embargo, lo que pocos saben es que esa noche histórica comenzó con una resaca y sin dormir. La noche previa, Chamberlain se quedó en Nueva York de fiesta y solo volvió a las 6 de la mañana. Sin descanso, tomó un tren a las 8 AM, almorzó con amigos y luego viajó con el equipo a Hershey, donde mató el tiempo jugando en una máquina de tiros antes del partido.

Las circunstancias del juego también favorecieron su exhibición. Phil Jordan, el pívot titular de los Knicks, estaba ausente por lo que oficialmente se informó como una gripe, aunque su compañero Darrall Imhoff aseguró que en realidad estaba lidiando con una resaca. Con Jordan fuera, los Knicks quedaron sin opciones defensivas contra Chamberlain, y el legendario pivote aprovechó la ventaja: dominó a los suplentes y terminó con 100 puntos en 36 de 63 tiros de campo y un sorprendente 28 de 32 en libres, a pesar de haber sido un flojo tirador de tiros libres a lo largo de su carrera (51.1%).

La importancia del equipo fue clave en el último cuarto. A medida que Chamberlain se acercaba a los 100 puntos, sus compañeros lo buscaron en cada jugada, incluso ignorando tiros abiertos para pasarle la pelota. En su autobiografía Wilt, el propio Chamberlain reconoció: “Mis compañeros querían que lo hiciera. Me pasaban el balón incluso cuando estaban solos… Creo que lancé demasiado en ese último cuarto.” Además, el equipo empezó a hacer faltas intencionales para recuperar la posesión rápidamente y darle más oportunidades de anotar.

El desenlace de ese partido generó críticas, con algunos argumentando que el último cuarto convirtió el juego en una farsa. Pero lo cierto es que ninguna otra estrella, ni siquiera Michael Jordan o Kobe Bryant, ha podido igualar semejante hazaña. Lo más asombroso es que lo hizo sin dormir, con una resaca y en un estadio con apenas 4.124 espectadores. Aquel 2 de marzo de 1962 no solo quedó en la historia del básquet, sino también en la leyenda de Wilt Chamberlain, un jugador que parecía no tener límites dentro ni fuera de la cancha.

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