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Pablo Prigioni fue el rookie más grande en debutar en la NBA y uno de los tantos argentinos que llegó a competir a la mejor liga del planeta. New York Knicks fue la franquicia que lo llevó al base a la competencia estadounidense, allí disputó poco más de dos temporadas.

Pese a su edad, tenía 35 años cuando arribó, no se privó de demostrar sus destellos de jugador excelso, los que lo llevaron a brillar en Europa y dominar la competencia española y europea durante varios años.

Ningún jugador estuvo a salvo de sufrir la clase magistral de Prigioni. Ni siquiera el propio Kobe Bryant, quien no solo lo sufrió en sus últimos años en la NBA, sino que además lo hizo en su último clásico argelino. En realidad, coincidentemente, fue el último de ambos.

Final de la temporada regular, clásico de Los Ángeles, último clásico de Bryant en su carrera, momento ideal para Prigioni saque a relucir todo su repertorio con, nada más y nada menos, que 39 años. Pablo hizo estragos con su juego, fue determinante, imparable, contundente y Kobe fue uno de los que más sufrió y en varias ocasiones le tocó correr de atrás al argentino.

La victoria fue para los Clippers por 91-81 y Prigioni terminó con 4 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias y 1 recupero. Si bien Kobe fue el más destacado de su equipo con 17 tantos y 3 rebotes, no pudo terminar su carrera como lo hubiese deseado: eliminados con un flojo récord (16-62), una derrota en el clásico y un baile del cordobés.

Kobe Bryant jugó su último clásico angelino y Prigioni se tomó el atrevimiento de sacarlo a pasear!!! pic.twitter.com/iBoofxYGq4

— Basquet ARG (@BasquetARG) April 8, 2016