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Karl-Anthony Towns nació en Nueva Jersey en 1995. Desde su muy chico mostró sus grandes condiciones para jugar al básquet y durante su paso por el secundario y la universidad, dio muestra de esto. Tuvo un excelente desempeño, fue ganador de varios premios personales y sus equipos siempre estuvieron peleando en los primeros planos.

Esto le permitió dar el salto a la NBA en el draft del 2015: fue elegido en la primera posición por Minnesota Timberwolves. Se integró a un equipo con figuras importantes y una estrella, en la parte final de su carrera, como Kevin Garnett, emblema de la franquicia. Además estaban Kevin Martin, Andre Miller, Tayshaun Prince y varios jóvenes que estaban jugando sus primeras temporadas como Gorgui Deng, Zach LaVine y Andrew Wiggins.

Towns tuvo una buena temporada estreno al lado de Garnett y tras el retiro del legendario jugador, Karl tomó la posta y fue erigiéndose como la principal estrella del equipo. Hoy suma siete temporadas dentro de la organización y es el estandarte, fue evolucionando, adaptando su juego y acomodándose a sus nuevos compañeros.

Hace unos días dejó una frase rutilante: “Soy el mejor pivote tirador de la historia”. Suena un poco egocéntrico y con la autoestima por las nubes. Pero tan errado no está. Tomando como referencia a todos los pivotes que marcaron mínimo un triple por partido en toda su carrera, Towns promedia 1.6 por encuentro, con un promedio de 39.7%, quien lo sigue es Channing Frye (retirado en 2016) que tuvo de media 1.2 por juego y 38.8%.

Con el correr de sus años en la NBA, Towns fue utilizando cada vez más este recurso. Tiene un promedio en toda su carrera de 4 tiros intentados por encuentro, en la actual temporada su promedio se eleva a 5.7 y un porcentaje de 41.8%. Un poco más atrás aparece Nikola Vucevic, que toma 4.8 intentos por juego y su porcentaje es de 35%.

¿Coincidís con Karl-Anthony?