Informe

Taylor Jenkins, el coach de Memphis que se nutre de la URSS, Yugoslavia e India

10:20 23/01/2022 | El corpulento entrenador de los Grizzlies se formó, cómo no, en los Spurs, pero ahora que manda él, se rodeó de historia.

Taylor Jenkins, a la izquierda, y el serbio Darko Rajakovic, a la derecha

No hicimos el estudio de forma matemática, pero confiamos en nuestros instintos. Nadie en la historia de la NBA ha generado tantos discípulos como Gregg Popovich. O, visto de otro modo, de ningún otro sitio han salido tantas personas que terminaron en otras franquicias, como de San Antonio Spurs. Sobre todo, entrenadores y general managers. Hoy, la historia particular de uno: Taylor Jenkins. 

El actual entrenador de Memphis Grizzlies, quizá el equipo revelación del año, es muy joven. De los más jóvenes de la NBA. Nació el 12 de setiembre de 1984 (37 años), pero su presencia en la NBA data de mucho tiempo atrás. Más precisamente del 2006 (tenía 22), cuando Jenkis cayó en San Antonio Spurs. Ya esta parte de la historia justifica este informe. 

Jenkins estudió en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania y obtuvo una Licenciatura en Ciencias de la Economía mientras se concentraba en Administración y una especialización en Psicología. Pero cuando comenzó a buscar un posgrado en Negocios, pensó que hacer carrera en el básquetbol era una buena opción. Le gustaba y lo había jugado en el secundario, pero no en la Universidad. ¿Pero cómo entrar? "Conozco a Peter Holt", le dijo su abuela. Holt era (es), el dueño de los San Antonio Spurs. 

Cuando tuvo la entrevista con Holt, y éste le preguntó qué le gustaría hacer, Jenkins le contestó que le interesaban las operaciones comerciales de la oficina de baloncesto. Holt levantó el teléfono, llamó a RC Buford (general manager de los Spurs), y así Jenkins empezó una pasantía. Para el draft de ese 2006, Popovich y sus asistentes necesitaban alguien que hiciera videos cortos y rápido de los prospectos. Jenkins fue puesto a trabajar con eso y allí se enamoró definitivamente de la actividad. 

Luego trabajó para tres asistentes que se convertirían con el tiempo en GM de otros equipos: Sam Presti (Oklahoma City), Dell Demps (New Orleans) y Rob Hennigan (Orlando). Jenkins se volvió un especialista en el scouting de jugadores promesa, tanto norteamericanos como extranjeros. Hasta aue Quin Snyder, hoy DT de Utah, en ese momento coach de los Austin Toros (el equipo de la G-League), le dio cada vez más responsabilidades. Snyder se fue a los Sixers como asistente y, en la 2012/13 Jenkins quedó como entrenador del equipo. 

Luego pasó 5 años como asistente de Mike Budenholzer (otro ex Spurs), otro más en Milwaukee, hasta que en junio del 2019 Memphis lo llamó para ser su head coach. Su experiencia en todos estos años hizo que le diera una particular importancia a la gente que lo iba a rodear. Y, bien de los Spurs, tuvo su mente abierta a captar talento de todo el mundo. Por eso hoy, analizando su staff técnico, se llega a una conclusión: es único en el mundo NBA.

Jenkins sumó a un entrenador de la escuela yugoslava, el serbio Darko Rajakovic (que hoy está dirigiendo mientras Taylor supera el Covid), a uno de la escuela soviética (el exjugador ucraniano Vitaly Potapenko), a una mujer hija de hindués (Sonia Raman), y al resto, entrenadores americanos. La mezcla de culturas, tanto humanas como basquetbolísticas, es un don heredado del gran Pop, pero Jenkins, de un nivel de estudio superior o, al menos, no común entre los entrenadores de la NBA, ha dado un paso más. Es el cuerpo técnico más variado, poliétnico y plural de toda la NBA. 

Si eso tiene algo que ver con el gran presente de Memphis Grizzlies, el mejor equipo de toda la NBA desde el día de Acción de Gracias (24/11/21), está por verse. Los Grizzlies hoy marchan terceros en el poderoso Oeste y, en esos dos últimos meses marchan primeros en rating neto, rating defensivo, porcentaje de victorias, rebotes, recuperos y tapones. ¿Les dará el cuero para llegar a pelear por el anillo? Puede ser. Si no, tiempo tienen. Son un equipo joven, sin apuros, y con un entrenador criado en la planificación. No puede fallar. 

 

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