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Memphis Grizzlies es una de las sensaciones de la temporada. Con 11 triunfos consecutivos, que es la mayor racha de la historia de la franquicia, los Grizzlies están siendo la sorpresa y es un candidato serio a ser protagonista en playoffs. Su gran figura viene siendo Ja Morant, pero tienen varios actores de reparto en un gran nivel, y uno de ellos es Desmond Bane.

En su segunda campaña escolta es uno de los candidatos a mayor progreso en toda la NBA, pero su vida ha sido un trabajo constante. De muy chico debió mudarse con sus bisabuelos porque sus padres no podían hacerse cargo de él.

En su paso por High School en Seton Catholic, no llamó la atención de los reclutadores hasta su último año. Sin embargo, Bane esperaba jugar en la División II de la NCAA, dado que era considerado un buen anotador pero por su físico no generaba confianza en los reclutadores.

Después de algunas ofertas desechadas, TCU le daría la oportunidad de verlo en un gimnasio abierto, pero se había torcido el tobillo. Tony Bane, su tío abuelo, lo empujó a jugársela y Desmond sorteó el dolor para destacarse.

Después de dudas iniciales por cuestiones de actitud y por su mala forma física inicial, Bane se ganó un lugar en el equipo. A partir de su segundo año fue titular y referente del equipo universitario, mientras se propuso trabajar en ser un jugador del estilo de Klay Thompson.

A la vez, completó con gran suceso sus cuatro años en la NCAA y se presentó al Draft. El escolta esperaba ser elegido a mitad de la primera ronda, preferentemente por Dallas por una cuestión de cercanía geográfica. Pero los Mavericks pasaron de él y terminó cayendo a la posición 30, elegido por Boston y traspasado a su actual equipo.

“Nunca lo voy a olvidar.Siento que los equipos tuvieron la oportunidad de atraparme y sabían quién era yo. No era como si yo fuera uno de esos tipos únicos. Tuviste cuatro años para hacer tu investigación sobre mí. Todas mis cosas de fondo revisadas”. comentó después de ser elegido tan atrás.

Su primer año fue consistente y sostuvo las expectativas iniciales, con un 43.2% en triples. A partir de allí, empezó a trabajar para imitar el juego de Devin Booker, sobre todo en el pick and roll.

Esta segunda campaña Bane explotó. Pasó a tener promedios de 17.6 puntos, 4.4 rebotes y 2.4 asistencias, con un 42.2% en triples y 46.6% en tiros de campo. “Siento que soy un jugador muy emocionante de ver. Entonces, puede haber momentos en los que sea un juego salvaje para los demás, pero solo soy yo jugando mi juego. Solo ser creativo por ahí. Es más o menos lo que hago y, sin embargo, espero que haya resultado de buena manera”.

Un trabajador del básquet que desde chico supo que quería llegar a lo más alto posible.