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Llegan los momentos de la temporada en los cuales se abre el mercado de traspasos en la NBA y comienzan los rumores de traspasos. Eso hace que algunos jugadores estén contentos y otros, por el contrario, bastante frustrados. Muchas veces se habla de cómo se trata a los jugadores como verdadera mercancía.

Uno de los jugadores que más sufrió esta situación fue Luke Ridnour. Lucas Robin es su nombre, pero fue conocido como “Luke”, nació en Idaho y fue una figura descollante en su etapa de secundaria y universitaria. En ambas cosechó campeonatos y reconocimientos individuales. 

Pese a que en el último partido del 2003 el estadio completo de Oregon le cantó para que se quede un año más, Luke se declaró elegible en el draft. Seattle Supersonics lo eligió en la posición 14 y ahí comenzó su periplo en la NBA.

Fueron cinco temporadas en el equipo, con desempeños con muchos altibajos, luego pasó a Milwaukee Bucks. Jugó dos años y en la 2010/11 llegó a Minnesota Timberwolves, pasó dos temporadas y medias antes de volver a los Bucks. Una temporada en Charlotte Hornets antes de partir hacia Orlando para sumarse al Magic en la 14/15 con 33 años.

Una vez que finalizó dicha temporada, Luke se vio envuelto en varias transacciones en un periodo corto. Su contrato tenía una cláusula que podía ser cortado antes del 10 de julio, con lo cual fue moneda de cambio, lamentablemente para él. Hasta el momento había tenido una carrera más o menos estable pero a fines de septiembre del 2015, participó de cuatro traspasos en cuatro días.

El 25 de septiembre pasó de Orlando Magic a Memphis, el 26 los Grizzlies lo enviaron a Charlotte pero ese mismo día, un par de horas después, los Hornets lo traspasaron a Oklahoma City. El 30, el Thunder lo negoció con Toronto Raptors. Pero, si lo vemos por el lado cómico, eso no fue lo más gracioso, sino que no jugó en ninguno de esos equipos y decidió retirarse.