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Historia

La visita de Kareem Abdul-Jabbar a la Argentina y un papelón histórico

18:40 13/03/2022 | El máximo anotador de la historia de la NBA estuvo en Buenos Aires en diciembre de 1993, pero su visita no quedó en la memoria por lo buena.

Kareem mirando al infinito, León buscando soluciones y Villar como diciendo, ¿y este quién se cree que es? (Foto Marcelo Figueras)

Cuando Domingo Cavallo tomó la decisión en 1991, avalada por el presidente Carlos Menem, de poner en práctica la convertibilidada cambiaria (un peso=un dólar), pocos sabían que esa situación crearía un Disney en Argentina por aproximadamente 5 años. Entre las cosas que fomentó, además de viajar por el mundo como si fuésemos millonarios, fue traer personajes de distintos ámbitos (música, deportes), a nuestro país. 

Uno de los primeros que vino fue nada menos que Kareem Abdul-Jabbar, a través de Reebok, la marca deportiva que lo tenía contratado como imagen. Kareem hizo una gira por Sudamérica promocionando un modelo de zapatillas (Blacktop) e incluyó Santiago de Chile, Buenos Aires y San Pablo, en Brasil. En Argentina estuvo menos de dos días, entre la noche del jueves 2 de diciembre de 1993 y la tarde del sábado 4. El recuerdo que dejó no es el más grato. 

Se sabe que Jabbar nunca fue una persona particularmente simpática. En ese entonces, además, llevaba poco de retirado (4 años), y las relaciones públicas no eran su fuerte, sobre todo si los que lo recibían no mostraban una gran organización, algo que en Argentina fue un esperpento. Kareem llegó a la noche del jueves 2 y una de sus primeras actividades fue grabar una entrevista para el programa El Show de la NBA, que se emitía por Telefé, que era oficial, y al que obviamente no podía negarse. Primer obstáculo.

Aquí hay que decir que hubo mala suerte. El Show de la NBA tenía una estupenda escenografía, que incluía un aro real a altura 3.05 metros, mesas y decoración aprobada por la propia NBA, luces de neón en una serie de paredes, que hacían que luciera realmente muy bien. Quizá eso hizo que Kareem se mostrara bastante agradable con Daniel Jacubovich, que le hizo la entrevista en inglés, y el joven Sebastián Baldasarre, que era el animador, por decirlo de alguna manera, del programa. 

El tener un aro real hizo que nadie pudiera contener la tentación de pedirle un gancho del cielo al bueno de Kareem, con tal mala fortuna, que el primero le pasó lejos y el segundo se quedó corto, la pelota picó, y fue a dar contra las luces de neón, que se hicieron añicos. Kareem puso cara de disculpas, pero no mucho más. igual, fue probablemente lo mejor de su estadía en la ciudad. 

Jabbar en el piso de Telefé con Daniel Jacubovich (conductor), Fabián García (productor) y Sebastián Baldasarre (animador) de El Show de la NBA

La cuestión es que Kareem siguió su recorrido, visitó al embajador James Cheek (el fanático de San Lorenzo, ¿se acuerda?), rechazó varios agasajos que le habían preparado, y cayó en la peor trampa, cuando el sábado por la mañana lo llevaron a Ferro, donde se suponía que tenía que jugar un partido con un combinado que se había hecho de jugadores de Boca, Ferro y Atenas. Pero todo se había armado mal. 

 

La organización del acto en Ferro había caído en la AdC, luego de que Guillermo Vecchio, que era el organizador original puesto por Reebok, diera un paso al costado. Fue todo tan mal armado, que Reebok trajo a Ferro desde Comodoro Rivadavia (donde habían jugado el viernes), para que estuvieran en el Etchart, y luego viajaran a Bahía Blanca, donde debían jugar el domingo. Y llegaron con el "partido" casi terminado. Pero no fue lo peor, ni lo único. 

Las entradas estaban 2 pesos la general y 5 la platea (2 y 5 dólares, para tener una idea), pero se notó de entrada que la capacidad estaba totalmente superada por la gente presente. Y desbordada. Los pibes se acercaban a Jabbar para sacarse fotos, él no sabía nada del partido y, fiel a su estilo, hizo notar su malhumor todo el tiempo, incluso en el vestuario, donde ni siquiera saludó a los demás jugadores, entre los que estaban, por decir algunos, Marcelo Milanesio, Luis Villar, Diego Osella, etc. Y León Najnudel, que era el entrenador de uno de los combinados (el del otro era Pablo D'Angelo) y buscaba ser el interlocutor que calmara a Kareem. No lo logró.

Jabbar aceptó, para que no fuera directamente un desastre todo, jugar media cancha un ratito para cada equipo, pero totalmente a desgano. De hecho, cuando se cansaba, salía directamente sin avisarle al coach. Viendo la situación, Milanesio, que era un crack en estas cosas, hizo un show de jugadas espectaculares para que la gente no se volviera loca y disfrazó un espectáculo vergonzoso, que puso ser casi tragedia si Jabbar no jugaba. 

Apenas terminó el juego, Kareem pasó por el hotel Four Seasons donde se alojaba, almorzó y se fue para San Pablo, donde terminó su gira sudamericana. Argentina, ya un poco más organizada, empezaría a recibir en los siguientes meses y años a muchas figuras de la NBA, como Magic Johnson, Scottie Pippen, Shaquille O'Neal, Allen Iverson y Pat Riley. En general, con buen suceso. Pero la de Kareem fue la primera, y la peor, por escándalo.

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