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A lo largo de la historia de la NBA se han dado casos de jugadores que han quedado en bancarrota luego de finalizadas sus carreras. Malas inversiones, despilfarros y problemas de droga son los que llevan a un 60% de ex jugadores a perder la mayor parte de sus ganancias, según un informe de Sports Illustrated.

La mayor estrella que se quedó sin dinero es quizás Allen Iverson. El Rookie del año en 1997, MVP de la temporada 2000-01, 11 veces All Star y miembro del Hall of Fame acumuló 200 millones de dólares en sus 15 temporadas como profesional. Pero su adicción al juego, salidas, la separación de su mujer le hicieron perder buena parte de su fortuna.

Otra leyenda de la NBA que cosechó grandes logros fue Scottie Pippen. El ex Chicago Bulls obtuvo seis anillos y fue siete veces All Star. En este caso, su asesor Robert Lunn le hizo perder 20 millones de dólares, además de haber realizado una mala inversión en un jet privado que nunca usó.

Antoine Walker fue una de las esperanzas de Boston Celtics para volver a dominar junto a Paul Pierce, pero llegaron a una final de Conferencia Este en 2002, que perdieron ante New Jersey Nets. Luego, Walker fue campeón con Miami Heat y ganó una gran cantidad de dinero en contratos. Sin embargo, el jugador perdió 108 millones de dólares y contrajo grandes deudas, hasta el punto de que tuvo que vender su anillo de campeón. Es uno de los que da charlas a otros jugadores sobre lo que no hay que hacer si se quiere gestionar una gran cantidad de plata.