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Fue la tercera espada tan requerida de unos Golden State Warriors que lo necesitaban. A Través de sus puntos y gran manejo de balón se ganó el cariño de la gente en cuestión de meses. Fue elegido en el puesto 28 del draft y un muy mal año de rookie lo depositó en la G-league, luego de la pandemia y como pasó con muchos jugadores pegó un gran salto de calidad.

Su gran momento fue en la serie contra los Denver Nuggets del año 2022 en donde sería el mejor de un equipo que más tarde se terminaría consagrando campeón. 4 años y 180 millones de dólares fueron los que puso el equipo de San Francisco sobre la mesa para renovar a Poole, el jugador aceptó y desde ahí todo fue en caída libre. 

La temporada siguiente al anillo trajo consigo muchos problemas, tanto con sus rivales como con sus propios compañeros. Un altercado en el amanecer de la competición encendió la liga durante varias semanas cuando se lo vio a él y a Draymond Green trenzados en una pelea donde el experimentado ala pívot le propinó varios golpes. Damian Lilard también salió al cruce por la implementación del lenguaje basura utilizado por Poole en un partido frente a Portland.

En cuanto al juego bajó mucho su rendimiento en la faceta anotadora. Su defensa fue de mal en peor y la toma de decisiones en momentos importantes como por ejemo cuando tomó el tiro final en el juego 1 de las Semifinales del oeste el año pasado frente a Lakers teniendo a Curry y a Thompson en cancha, fue de los episodios que más se le criticó. El traspaso era inminente. 

Washington Wizards fue su destino y cuando las esperanzas volvieron a aparecer con esta oportunidad de ser la cara del equipo y no tener que estar a la sombra de los splash brothers todo se derrumbó. Continúa con las provocaciones a sus rivales y en lo que respecta al juego no está destacando para nada. Jugadas muy desafortunadas y otra vez la mala toma de decisiones en momentos clave. Un nuevo traspaso empieza a sonar en la carrera del jugador y si bien parece complicado es un jugador joven y tiene tiempo para reivindicarse. No sería una locura pensar en una vuelta a San Francisco.