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Charles Barkley estaba en su mejor momento cuando fue traspasado a los Phoenix Suns después de una carrera de ocho años con los Philadelphia 76ers, donde fue formado como sucesor tanto de Moses Malone como de Julius "Dr. J" Erving. Chuck no pudo replicar el éxito de ganar el campeonato de 1983 y finalmente fue traspasado en 1992.

Varios equipos intentaron adquirir a Barkley. Sin embargo, "Sir Charles" quería jugar para los Portland Trail Blazers, pero no estaban dispuestos a negociar por él. Durante el tiempo de Charles en los Sixers, no tuvieron el éxito que la mayoría esperaría, especialmente con Barkley liderando el equipo.

Individualmente, Chuck no decepcionó al liderar al equipo en puntos y rebotes. Desafortunadamente para él, la dirección no consiguió los jugadores que necesitaba para competir con los mejores de la liga.

Finalmente, Chuck terminó en los Suns, donde se convirtió en una leyenda al ganar el MVP de la temporada regular y llevar al equipo a las Finales de la NBA. Al dejar los Sixers, Barkley no tenía remordimientos.

"Nuestro equipo simplemente no era lo suficientemente bueno; hicimos demasiados cambios", dijo Barkley en una entrevista con NBA TV un tiempo atrás. "Nuestra química no estaba ahí, y no todos estábamos en la misma página", admitió sobre aquel momento.

Barkley se trasladó a Phoenix, donde se convirtió en el punto focal de un equipo contendiente. No pudo llevarlos a un campeonato, pero fue reconocido como la mayor amenaza para los Chicago Bulls, a pesar de perder ante ellos en las Finales de la NBA de 1993. Barkley promedió 27.3 puntos, 13 rebotes y 5.5 asistencias por juego durante la serie. Tenía un sólido elenco de apoyo con Kevin Johnson y Dan Majerle, pero Michael Jordan fue superior en esa serie.