Cracks en FIBA, ninguneados en la NBA
19:28 07/02/2022 | Business are business, y eso nadie lo niega, pero lo que no ha mejorado en la NBA son las formas. Hoy las sufren Campazzo y Rubio.
Sabemos de antemano que lloverán mensajes diciendo que esto no es así, que si no se entiende el negocio es problema nuestro, que somos argentinos agrandados que esperamos que veneren a Campazzo cuando no es nadie en la NBA, etc, etc, etc. Ok. Manden los mensajes a [email protected], pero al menos después de leer la nota completa. El tema es: la NBA no respeta el mundo FIBA. Desarrollemos la idea.
Estados Unidos es la mayor potencia mundial que haya existido en la era moderna y, desde la economía a la política, pasando por los deportes, se maneja como un imperio. Imperio en donde, fuera de sus fronteras, poco existe y menos todavía se valora lo que ocurre. En el básquetbol, con puntuales cambios ocasionales, ocurre lo mismo.
La NBA siempre se consideró única (de hecho, a su campeonato le dicen Worldchampionship, Mundial), y para ellos vale lo que los jugadores hacen ahí, no afuera. No nos meteremos en analizar la historia completa de este asunto, pero pondremos casos específicos. Ejemplo 1: Drazen Petrovic. Pasaron 30 años, no había internet y los NBA nunca habían jugado un torneo FIBA, con lo cual era más difícil saber quién era, pero el croata había dominado Europa y en los Blazers lo pusieron 12 minutos de media en su temporada de novato. Después de dos años, en los Nets cambió su prestigio, pero en ese momento se mató en un accidente de autos, dejando su futuro inconcluso.
Ejemplo 2: Manu Ginóbili. Con Manu ya existía internet, aunque no fuera como ahora, porque no había redes sociales, pero en el 2002, cuando empezó su carrera NBA, era campeón y subcampeón de Europa, subcampeón mundial y le había pintado la cara a los NBA que esta vez sí jugaron el Mundial de Indianápolis, meses antes. Popovich incluso tardó un poco en darle su valor real, pese a sufrirlo en persona (era parte del staff de EEUU). Amante del juego internacional, Pop no dudó en soltarle la soga rápido para que se desarrolle. Pero ahora mismo, no haber sido incluido entre los mejores 75 de la historia de la NBA es seguir colocando una cerca en la frontera.
Ejemplo 3: Andrés Nocioni. Chapu llegó a la NBA con el oro olímpico en el pecho, después de eliminar a Estados Unidos en Grecia. En Chicago se compró a los hinchas desde el primer día, pero en su quinta temporada con los Bulls, al diablo con los sentimientos y, de un día para el otro, lo enviaron a Sacramento, casi al exilio. Tanto allí como en Philadelphia, no hubo lugar para él. Algo increíble, cuando estaba en los 30 años. Paxson dijo que traspasarlo a los Kings fue una de las decisiones más difíciles de su carrera, pero marche preso.
Ahora nos enfocaremos en dos casos actuales, con varias cosas en común: Ricky Rubio y Facundo Campazzo. Lo de Ricky es todavía más sorprendente, aunque hay también causas distintas. Rubio está en la NBA desde los 20 años (2011), pero tuvo la mala suerte de entrar por Minnesota, donde se quedó 6 años sin jugar nunca playoffs. Entonces empezó la gira: dos años en Utah, 1 en Phoenix, 1 en Minnesota de nuevo y 1 en Cleveland, con un fichaje fantasma en el medio en OKC y ahora un nuevo traspaso, a Indiana, donde casi seguramente nunca jugará. Es más, ni siquiera viajará a Indiana probablemente.
Rubio no es una megaestrella de la NBA, pero sí un jugador con un nombre, aunque nunca haya jugado una final. Pero en FIBA es Dios. Dos veces campeón mundial (MVP en el último), dos veces medallista olímpico, dos oros europeos...Phoenix ya lo engañó con una promesa incumplida, y ahora en los Cavs, tras su lesión, fue descartado. ¿Se le puede decir algo a Cleveland? No, porque ya no lo iba a tener, ya que acababa contrato igual, pero el tema de tener cero sensibilidad es asombroso.
En realidad, digamos las cosas como son. El punto de esta situación es que, como no ocurre en casi ningún deporte del mundo fuera de Estados Unidos, en este país, las ligas pueden hacer y deshacer cualquier operación de traspaso sin siquiera comunicarle algo al jugador. Y arreglátelas como puedas. Con tu futuro equipo, con tus expectativas, tu familia, tus deseos. Con todo.
En el caso de Campazzo, la situación es distinta en el fondo, pero no en la forma. No entraremos en discusiones estúpidas de si es una falta de respeto o no poner a un subcampeón del mundo, figura del torneo, estrella de Europa, bicampeón de la Euroliga, para jugar los 2 o 3 minutos basura finales de un partido. Por favor. ¿Cuál es la necesidad de Malone de hacer eso? ¿Qué parte no entendió de cómo tratar a un jugador de jerarquía FIBA? Porque Malone tiene todo el derecho del mundo a no usarlo más si cree que no le sirve, pero no a tratarlo como un novato de 20 años.
Los extranjeros cada vez tienen más lugar y protagonismo en la NBA, pero se lo ganan rompiéndola ahí. Aunque ahora se ven todos los torneos en cualquier lado, y se conoce al detalle cómo juegan y quiénes son, luego de la pared que se comieron en el 2002 y 2004, volvieron a manejarse como los dueños absolutos de este juego. Una lástima, porque así empezó el proceso de soberbia que terminó en su propia humillación.
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