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Los que venimos siguiendo a Denver en estos dos últimos años ya no nos sorprendemos. Como se dice en el barrio, los Nuggets son como Sandrini: en un ratito te hacen reir y llorar. Pero bueno, tras el triunfo ante los Lakers del sábado, se les perdona un poco más haber tenido un último cuarto tan horrible como el que tuvieron ante Utah, perdiendo por una diferencia que no se corresponde con los primeros 3 cuartos. Fue 125-102 para el Jazz de visitante, con flojita noche de Campazzo: 2 puntos, 1 asistencia y 1 rebote. 

Utah dominó bien la primera mitad, 68-58, tras un arranque favorable al local (15-7), con su arma central: el tiro de tres puntos. Terminó ese primer cuarto 37-33 y siguió martillando en el segundo, con 3 lanzadores letales: Bogdanovic, Mitchell y O'Neale. Después de quedar 13 abajo, Denver produjo su único buen cuarto entero, el tercero, con Barton y Gordon liderando la ofensiva. Denver llegó a pasar al frente y se puso 88-87, y entonces llegó la hecatombe. Parcial de  15-0 para Utah, 102-88 y adiós partido. 

No hubo magia hasta el final y Utah se quedó con el triunfo 125-102, con 31 de Mitchell, 18 y 19 rebotes de Gobert y 21 puntos de Bogdanovic. Jokic metió otro triple doble de los que no sirven para mucho (25 puntos, 15 rebotes, 14 asistencias), mientras que Campazzo nunca pudo ayudar con su habitual revolución, estuvo torcido para el tiro y tuvo una noche de las más flojitas del año: 2 puntos (1/2 dobles, 0/5 triples), 1 rebote y 1 asistencia, más 2 pérdidas, en 18m38s. Para olvidar. 

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