Conocé la historia de un argentino que es entrenador en los Nets
16:05 17/09/2022 | Nicolás Chiti llegó a Estados Unidos hace poco más de un año y se encuentra trabajando en los campus de desarrollo de la franquicia de Brooklyn.
Quizás conozcan el apellido Chiti haciendo referencia al árbitro internacional argentino llamado Alejandro. Pero su hijo, Nicolás, poco a poco se va haciendo un nombre como entrenador, en este caso en Estados Unidos y como parte del staff de Brooklyn Nets de la NBA.
El joven, formado en el básquet de La Plata, decidió emigrar por decisión de pareja y de vida: “Mi esposa es nacida en Estados Unidos, pero hija de argentinos, platenses. Y si bien ella vivió toda su vida acá, gran parte de su familia vive en La Plata. En uno de sus viajes de visita tuvo la mala o buena suerte de conocerme (risas). Empezamos una muy linda relación a distancia y después de varios años decidimos instalarnos acá, por un tiempo”.
Su trabajo principal no era con la franquicia de la NBA, como él cuenta: “Hoy me encuentro trabajando como entrenador de básquet masculino en Iron Peak, un club de Hillsborough, NJ. El club participa en torneos del circuito de AAU dentro de lo que es el estado de Nueva Jersey, Nueva York y Pensilvania”. Y en este sentido contó cómo llegó a los Nets: “Sabía que realizaban campus de verano, vi que había una posición abierta y decidí aplicar. Después de algunas entrevistas, me ofrecieron trabajar en dos de los campus. Los que terminaron siendo cuatro y una oferta para continuar con ellos durante el año, como parte estable del staff de la academia”.
Sobre los campus de verano, Chiti explicó en qué consiste su trabajo: “Hasta ahora, me ha tocado estar a cargo del grupo ‘veterans’, que vienen a ser los chicos y las chicas más grandes campus, donde el foco está puesto en la enseñanza y desarrollo de la técnica individual. Por otro lado, hay momentos donde se trabaja por estaciones rotativas por tiempo, donde me toca un aspecto técnico en particular y con adaptaciones, lo trabajo con los diferentes grupos y edades”.
A su vez, agregó que “los campus en sí apuntan al desarrollo y tecnificación de jóvenes. Son 5 días seguidos de 7 horas de básquet, con pausas y almuerzo obviamente. Cada semana un jugador del equipo viene, charla con los chicos, los ve entrenar y los aconseja, lo principal es que se lleven una gran experiencia. Después hay una cuestión social y de expansión de la marca muy grande, me tocó entrenar chicos de diferentes partes del mundo y medio que te hace tomar dimensión de dónde estás”.
Por su parte, explicó que estos entrenamientos de verano apuntan fundamentalmente técnica individual: manejo de balón, trabajo de pies, pases, finalizaciones y defensa se llevan la mayor parte del tiempo.
Es un gran paso para el joven entrenador, como él mismo lo definió: “Es hermoso, nunca me imaginé estar en un lugar así, lo disfruto mucho. Generalmente tengo una hora de viaje y lo hago con una sonrisa. No solo por el hecho de estar trabajando con una remera de la NBA puesta, sino porque el grupo humano que hay es muy sano, me tratan bárbaro y aprendo todos los días”.
El gran capital como entrenador conseguido en el país le sirve y eso le permitió estar a la par desde un inicio: “En cuanto al contenido, no hubo mucho que adaptar. Valoran mucho el detalle y en lo personal, tuve la oportunidad de trabajar con muy buenos entrenadores en Argentina y de todos pude aprender muchísimo (no los nombro, porque seguramente me olvidaría de alguno). Donde sí tuve que adaptarme (y lo sigo haciendo) es en el idioma, la forma de comunicar y convencer al jugador. Quizás cosas que salen naturalmente en español, necesito pensarlas en inglés y seguir siendo convincente para con el grupo, independientemente de lo que esté pasando en mi cabeza (risas)”.
El ser argentino es algo muy valorado, tal cual afirmó Nicolás: “Más que a los entrenadores, veo un respeto muy grande hacia el básquetbol argentino y casi en su totalidad se debe a lo que hizo la Generación Dorada. Cuando digo que soy argentino en el ambiente del básquet, automáticamente me nombran tres o cuatro jugadores, entre los que siempre está Manu, por lo que hizo en la NBA. Es una sensación muy linda, porque gracias a ellos, nos relacionan con esos valores y al mismo tiempo, me gusta tomar la responsabilidad de demostrar que no se equivocan”.
Por último, remarcó que quiere terminar de adaptarse a vivir en Estados Unidos y seguir aprendiendo: “El último año y medio fue bastante duro, dejar a mi familia y amigos, haber estado prácticamente un año esperando la autorización de trabajo, cambiar de cultura, de idioma y prácticamente de vida. Por ahora mi plan es aprender y disfrutarlo todo lo que pueda. El tiempo pondrá las cosas en su lugar”.
Una muestra más que los entrenadores argentinos son de gran nivel, y en este caso los formadores dan pasos grandes, ahora ingresando en el mundo NBA a través de Brooklyn.
Alejandro Malky / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @alemalky
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