Y entonces, ¿vale o no la experiencia?
18:55 05/06/2022 | Los Celtics aplastaron a los Warrios en el último cuarto de la primera final a pesar de ser un plantel sin un solo jugador con antecedentes en definiciones.
Es una de las tantas discusiones que no tienen resultado firme. ¿Vale la experiencia? ¿Cuánto? ¿Siempre? El jueves, al comienzo del primer partido final entre Golden State y Boston, los Celtics eran el tercer equipo en la historia con diferencia más abultada de inexperiencia previo a una definición. Es curioso ver los dos primeros puestos.
El primero, Lakers vs Bulls en 1991: 135 partidos de los Lakers en finales, 0 de los Bulls. Ganador: Bulls 4-1. Segundo caso: mismo protagonista, pero del otro lado. Chicago Bulls vs Utah Jazz en 1997. Los Bulls había acumulado 134 partidos de experiencia en finales con un roster acostumbrado a jugarlas con Chicago, pero también con otros equipos (Rodman en Detroit, por ejemplo). Ganador: Chicago 4-2. Tercer caso: estos Golden State sobre Boston: 123 partidos contra nada. Resultado: incierto.
El jueves, las sensaciones fueron extrañas. Por un lado, hubo quizá algo de peso en algunos jugadores en los primeros 3 cuartos (Brown por momentos, Robert Williams por momentos), pero en general sostuvieron siempre un plan de juego con convicción, jugaron una defensa maravillosa, plantearon y ejecutaron el partido de forma brillante y, salvo el primer cuarto de Curry, donde les tiró todo su bagaje técnico y, ahí sí, la experiencia, después Boston nunca fue sacado de la cancha, pese a la amplia diferencia del local en la segunda mitad.
Pese a todo esto que estamos diciendo, estamos convencidos de que la experiencia jugará su rol en esta serie, más por el lado de los Warriors, que tendrá que tener cabeza fría para jugar esta noche y para ir a Boston sin demasiada presión, que por el de Boston, que ya demostró contra los Nets, contra los Bucks y contra el Heat que no arruga en los partidos bravos, que de visitante juega mejor que de local y que ningún rival lo saca de su eje. Tiene dos figuras y líderes muy centrados, como Tatum y Brown (más Tatum incluso, que casi nunca pierde la línea), más un veterano con el hambre de un nene como Horford, más varios jóvenes con un ímpetu y una personalidad encomiables, como los dos Williams, Smart y White.
Todos se sienten parte de un rompecabezas en donde, si sale uno, se tuerce la torre. Udoka, y antes todavía Brad Stevens, son los responsables de que eso ocurra, porque siempre transmitieron seguridad y tranquilidad, los dos elementos primarios que un entrenador debe tener en una banca de suplentes, siempre, pero sobre todo en unas finales.
Si esa inexperiencia de los Celtics en algún momento tendrá peso en la serie es incierto. Estos chicos no juegan como chicos, juegan como hombres, pero nadie tiene asegurado esquivar la presión siempre. De hecho, más allá del resultado de hoy, irán a Boston con la responsabilidad de tener que ganar en casa para empezar a postularse al campeonato. Y de local ha sido irregular en la postemporada, salvo ante los Nets. Perdió 2 juegos contra Milwaukee y otros 2 contra Miami. En estas finales no puede darse ese lujo. O, al menos, sería demasiado arriesgado. Golden State no es Brooklyn, ni Milwaukee, ni Miami. Sabe cómo se juegan las finales, aunque en el juego 1 haya parecido que el novato era GSW y los experimentados, los Celtics.
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