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 No debía haber nadie como Leo Schattmann con tantas ganas de ser campeón. Después de 21 años, el tirador logró festejar su segundo título en la Liga.

-  Ni te acordabas del 2003 ya.

. No, la verdad que pasó bastante, pasó mucha agua bajo el puente, pero bueno, volvió, volvió. La verdad que sentí una alegría de ganar la Liga, incomparable, así que la verdad que la felicidad es plena.

- Sabés que sos el segundo en la historia que gana dos títulos con 21 años de diferencia, el otro fue Diego Osella.

. ¡Con el Diego! Qué grande, la verdad que esos datos no los tenía. Un gran amigo del Diego, lo quiero mucho. Fue mi compañero pieza y lo aprecio un montón, así que un honor estar con él, compartir ese dato con él.

- A ver, sos un jugador con muchos años en esto, muchas temporadas y probablemente de los que más persiguió esto que te pasó hoy.

. Sin duda, sin duda. A ver, cuando llegué al club ya venía con la idea de que Boca vuelva a ser protagonista, sabía que el proyecto era serio, podía ser el primer año o el último, cuarto, por lo menos mío que yo estaba acá. Y se buscó, se consiguieron dos terceros puestos, se llegó a una final y sabíamos que era el camino, que estábamos yendo por un buen camino, que era por ahí. Y bueno, gracias a Dios llegó ahora en este cuarto año lo seguimos buscando con un gran grupo de jugadores, de cuerpo técnico, todo el mundo, nos acompañó un montón la gente, la verdad que fue una locura. Viajaron miles de kilómetros y la verdad que se culminó una muy linda temporada.

-¿Las frustraciones te alimentaban o te bajoneaban un poco también? Porque llegar a la final es muy lindo, pero el título era...

. No, la verdad que yo soy muy cabeza dura, me reconozco muy cabeza dura, esas cosas no me tiran para abajo. Para hacerte sincero, lo único que me tiró para abajo fue la lesión que tuve en el quinto partido con Quimsa, porque era una incómoda, por lo menos hasta que terminaba el partido, de saber si podía estar o no podía estar. Y justo en un partido definitorio fue el único momento que yo me sentí con una angustia grande. Pero después la verdad que todo me alimentó y quería llegar a la final, y quería ganar algo con el club.

- Sos el que más años tiene de este grupo, en el club seguidos ahora, y viviste dos años en los que pasa lo mismo. Se corta el entrenador de mitad de temporada, lo toma un asistente, el año pasado llegan a la final, pero no se les puede dar, y este año ven a Quimsa en el camino y vos decís, otra vez, puede darse la situación.

. Sí, a ver, era una chance, porque la verdad que Quimsa era un gran equipo, venía a ganar todo, mismo era el favorito para poder seguir campeonando. Pero bueno, yo creo que hicimos un buen trabajo en todo sentido, desde la planificación de los juegos, desde la preparación individual de cada uno. Fue una locura lo que hicimos, yo creo que nos merecíamos ganar ese quinto juego, de visitante en una cancha complicada. Y después todo lo demás era... Nos enfrentamos, insisto, con un equipo muy duro, que estaba dentro de riesgo, pero ya te digo, nosotros respetamos a todo y a todos lo estimamos.

- Imagino que un mérito grande tiene el grupo de la preparación física, porque se perdieron muy pocos partidos en total.

. Sí, es de todos todos, el jugador físico, todas las personas que han contribuido. Y llegamos enteros, gracias a Dios, a la final, a toda la serie. Y se ganó, así que feliz por eso.

- La última, ¿qué tuvieron de diferente? La jerarquía, las ganas.

. Yo creo que ganas. Ganas, aparte de la jerarquía, ganas. Con la cabeza dura de querer salir campeón. Nos pusimos como objetivo eso. A pesar de estar 2-0 abajo, y nunca nos fuimos a la serie, porque teníamos ganas de salir campeón.