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Villa María vive un sueño de Liga. Una vez más, como la pasada temporada sucedió con Independiente de Oliva, Ameghino quiere ser una institución cordobesa más en la élite del básquet argentino. Y el camino de este club fue paso a paso, realmente desde bien abajo.

Un largo camino, pero a paso firme

Y este sueño comenzó en 2008, cuando empezaron a jugar la Liga Provincial de Córdoba, pero en su divisional B. A partir de allí, con Pablo Giraudo desde 2009 como un colaborador a partir de su hijo. “En el 2009 yo llegué al club de la mano de mi hijo más grande que era jugador de otro club y quería un cambio. Llegamos a Ameghino y mi hijo al otro día ya estaba sumamente integrado, es un club muy familiar y te lo hace sentir. En ese momento el dirigente visible era Jorge Deulofeu y me invitó a formar parte del proyecto de primera, ese año ascendimos de Liga Provincial B a Liga Provincial A” contó el propio dirigente.

A partir de allí, el sueño era subir al Federal. Y para eso hubo que esperar hasta 2015 cuando se logró el título y el ansiado lugar en el tercer escalón nacional. Y el club estuvo solo dos años, para luego subir a la Liga Argentina tras una destacada temporada, llegando a etapas definitorias.

“Estuvimos dos años en Federal, y el segundo año quedamos cuartos. Se bajó Ramos Mejía de la Liga Argentina y se abrió la posibilidad de canje por mérito deportivo con Sportivo las Parejas, por lo que para la 2017-2018 llegamos a Liga Argentina” contó Giraudo. A partir de allí comenzó una evolución donde año a año fueron creciendo. Y agregó que “desde aquel inicio en el 2009 hasta ahora siempre hemos crecido en resultados deportivos, asi que más que conforme con el proceso que venimos llevando a cabo”.

Para ello dentro del campo hubo un jugador de la casa como Abel Aristimuño y un Pablo Castro que en su rol de entrenador llevó adelante el proyecto. Y a estos dos pilares se sumó un Juan Luis Abeiro que poco a poco se convirtió en un pilar y hoy es ídolo de la institución.

El propio interno contó que “desde que llegué el club no paró de crecer y sigue haciéndolo. No tocó su techo, tiene un montón para crecer y lo va a hacer, porque es el camino que siguen. El proceso lo viví contento, disfrutándolo y apoyando. Es un lujo y un placer pertenecer a Ameghino con la gente, sus dirigentes, los hinchas, muy contento de ser parte. La ciudad me adoptó como villamariense, mi familia y yo estamos super cómodos, ya la tomamos como si fuéramos parte de ella y todo acompaña para sentirse muy a gusto”.

Lo que en 2008 era una cancha de mosaico, poco a poco creció y hoy la Leonera, el estadio de Ameghino, tiene vestuarios nuevos, tribunas, iluminación y mucho más. Además, se armó una estructura con gimnasio, equipo de preparadores físicos y kinesiólogos, además de la captación y reclutamiento de juveniles, con varias promesas en selecciones argentinas y también que son claves en la actualidad del equipo superior.

Lo estamos viviendo día a día como un verdadero sueño, estamos intentando disfrutar cada momento y tratando de valorar lo conseguido, pero con muchísimas ganas de seguir haciendo historia” expresó un muy orgulloso Giraudo.

Una mudanza, el acompañamiento de toda la ciudad

Para los playoffs de esta Liga Argentina, Ameghino decidió mudar su localía al estadio Salón de los Deportes de Villa María, en una decisión que llamó la atención, pero que la ciudad entendió y acompañó.

Giraudo explicó que “fue una decisión sumamente difícil. Porque el análisis fácil de la situación seria lo hacen por un beneficio económico, y nosotros primamos un montón de cosas antes de lo económico. Intentamos mostrarle a la ciudad un proyecto que hace años venimos construyendo, en lo económico a Ameghino le sale muy costoso armar el Salón de los Deportes, tuvimos que desarmar medio club y gastamos mucho dinero para poner en escena un show realmente de nivel más allá de un partido de básquet.

Y afirmó sin dudar que “en cuanto a lo deportivo en las últimas 3 temporadas creo perdimos 3 partidos en nuestra cancha, pero el apoyo de Pablo Castro, que entiende nuestro proyecto más que nadie, fue fundamental. Ni te hablar cuando perdimos el primer partido que jugamos en el salón, si quedábamos afuera en esa instancia con un grande como San Isidro hoy estaríamos siendo apuntados fuertemente. Gracias a Dios se ganó y con el diario del lunes podemos decir que fue uno de los aciertos diligénciales más grandes de estos 12 años del proyecto”.

Esta decisión terminó de ayudar a que todo Villa María, una ciudad en constante crecimiento, se ponga detrás de un club que día a día crece y quiere seguir soñando: “El apoyo de la ciudad se acentuó con nuestro cambio al Salón de los Deportes. Realmente la gente se enganchó, en cada partido fuimos creciendo en afluencia y nosotros creciendo en comodidades para la gente. Arrancamos con 200 plateas y en el último partido dispusimos de 700, arrancamos con dos food trucks en la zona y en el último tuvimos seis, instalamos pantallas led, show de luces, espectáculo de entretiempo”.

Para cerrar, Giraudo expresó que “realmente hoy toda la ciudad habla de Ameghino, realmente estamos haciendo historia y vamos por ese sueño que nos dé el paso definitivo al basquet de elite, hoy nueve de nuestros 12 jugadores jugaron categorías formativas en el club, algunos llegaron antes otros después, pero es algo que a nosotros nos llena de orgullo”.

Una institución que ante Zárate buscará seguir haciendo historia, esa que comenzó con un piso de mosaico y que ahora lo tiene a dos juegos de llegar a la Liga Nacional.

Alejandro Malky / [email protected]
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