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John Wall fue todo lo que los Wizards podrían haber pedido cuando lo dratearon en 2010. Era un base dominante que desde el comienzo mostró una facilidad para encontrar compañeros y asistirlos (9 asistencias por noche como novato) sumado a un feroz ataque del aro, que siempre hacía de sus partidos un show.

Desde la temporada 2010-11, solo otros tres bases tienen un promedio de carrera de nueve o más asistencias. Steve Nash, Chris Paul y Trae Young. Un doble MVP, el mejor base puro de esta generación, y el fenómeno Trae Young son sus contemporáneos pasajeros. Sin duda alguna, Wall ha sabido estar en la élite como uno de los mejores en su posición. 

En su apogeo, Wall fue un jugador sensacional capaz de hacer jugadas asombrosas desde cualquier lugar de la cancha. El juego asistidor de John ayudó a muchos compañeros de equipo a crecer y aumentar sus contratos, como Bradley Beal, Otto Porter Jr., Trevor Ariza y Marcin Gortat, siendo el pivote polaco quien confesó publicamente que le debía su extensión en Washington al base.

En su tiempo con los Wizards, Wall logró ser 5 veces All-Star con un promedio de carrera de más de 19 puntos y 9 asistencias, pero debido a las lesiones y al fracaso de sus siguientes equipos no se lo considera como un jugador top dentro de esta generación. Para los Wizards, sin embargo, siempre será recordado como un ícono y líder que Beal no ha podido reemplazar en su ausencia. Eso es tan sólo una muestra del impacto en todas las áreas que tenía Wall con la franquicia de la capital, quien se convirtió en la mayor estrella de Washington desde el retiro de Jordan.