Europa

Con el retiro de Bourousis, termina un ciclo brillante del básquet griego

19:36 10/07/2021 | Ioannis fue una especie de cuarto Beatle, detrás de Spanoulis, Diamantidis y Papaloukas. Con él se va la mejor camada griega.

Papaloukas, Spanoulis, Diamantidis y Bourousis: ya son historia (Foto Euroleague)

No somos griegos pero nos ponemos unos segundos en la piel de uno de ellos, fan del básquetbol. ¿Cuál es la mejor camada de la historia basquetbolística de ese país? ¿La de Gallis, Giannakis y Fasoulas, o la de Spanoulis, Papaloukas y Diamantidis? Difícil, ¿no?

Sin embargo, los resultados mandan. Es cierto que aquella primera, gloriosa, alcanzó un lugar jamás imaginado cuando en 1987 se alzó con el título de campeón europeo venciendo a la invencible Unión Soviética de Marciulionis y Volkov. Pero eran locales, y eso fue un plus.

La camada que estalló casi dos décadas después, en resultados, fue superior. Porque no solamente ganó también el Eurobasket (en 2005, en Serbia), sino que un año más tarde llegó a la final del Mundial en Japón (perdió ante España, pero dejó afuera en semis a los Estados Unidos con LeBron, Wade y varios monstruos más), y en el 2009 completo los 3 colores de medalla al llevarse la de bronce en el Eurobasket.

Los tres líderes de esos torneos fueron indudablemente Vasilis Spanoulis, Dimitrios Diamantidis y Theo Papaloukas, pero hubo un cuarto (que no estuvo en Japón), y que esta semana dijo adiós: Ioannis Bourousis, el gigante de 2.15 que parecía tosco pero tenía talento. 

Con Bourousis, de 37 años, en poco más de dos semanas dejaron la actividad de dos de esos cuatro. Primero Spanoulis, que por una lesión no pudo ir al Repechaje de Canadá, y ahora el pivote. Bourousis, además de lo logrado con Grecia, se sacó las ganas con una Euroliga que le fue esquiva, ganándola con el Madrid en el 2015, siendo compañero de Chapu Nocioni y Facu Campazzo. 

Aunque nunca fue demasiado público, la historia dice que cuando Nocioni llegó al Madrid, a los pocos entrenamientos, Chapu se enteró que algunos se quejaban de su forma agresiva y al límite de entrenar, y puso los puntos en claro: "Yo entreno así y juego así. Al que no le gusta, lo lamento". Al que no le gustaba era a Bourousis, pero hoy eso es parte del pasado y la leyenda. Se fue un grande de Grecia, que deberá ahora encontrar en otra camada una que le permita recuperar los viejos buenos tiempos.

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