A 20 años del oro olímpico

Walter Herrmann: “Ahora me doy cuenta del valor de nuestra medalla”

16:45 26/08/2024 | El Conde repasó con Básquet Plus el logro máximo del básquet argentino, cómo vivió todo el torneo y los momentos puntuales siendo clave ante Grecia y Estados Unidos.

Herrmann, un hombre clave en la GD (Getty)

Walter Herrmann siempre fue un tipo diferente. Desde su forma de ser hasta de jugar, se destacó y fue clave en el oro olímpico. Su ingreso ante Grecia cambió un desarrollo muy complejo y terminó siendo muy importante para lograr la medalla dorada.

- Faltan días para los 20 años, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza?

. Son sensaciones y situaciones raras, porque ahora que comenté los Juegos voy viendo lo dificil que es ganar un Juego Olímpico. Recién ahroa que empecé a comentarlos me estoy dando cuenta realmente el valor que tiene nuestra medalla. Pero si tengo que decir una imagen que se me venga a la cabeza es el momento donde nos están poniendo la medalla, esa sensación de recibir la medalla y se levantan las tres banderas con la de Argentina arriba. Esa imagen es muy dificil explicarla. Es una sensación increíble.

-Cuando es la coronación en París, que se demoró bastante y dio un tiempo para pensar, en algún momento parecía que los recuerdos no eran reales, como que no pueden haber pasado, no puede haber pasado porque es imposible estar ahí.

. Yo lo vi desde la tele, no fui a otro Juego Olímpico, pero en ese momento la sensación es distinta. Uno lo ve con el paso del tiempo, pero en ese momento nosotros teníamos realmente un equipazo, fuimos a ganar los Juegos Olímpicos, al menos a estar en la final, porque indudablemente Estados Unidos era bravísimo, pero en mi mente, mi sensación es que cuando Marbury le mete 32 puntos a España y pierden, en mi mente yo me veía campeón del mundo, aunque no hayamos jugado con Estados Unidos aún, me parecía que el cuco nuestro era España. Más allá del Dream Team, España nos tuvo siempre de hijos, no les podíamos ganar, se nos complicaba muchísimo, y cuando pierde España, me pareció mucho más diferente con Estados Unidos a lo que hubiese sido con España, que nos ponía siempre contra las cuerdas.

- Vos y Carlitos fueron los dos ‘intrusos’ después del Mundial 2002, y todo el mundo reconoce que para ganarse ese lugar había que ser muy bueno porque tenían que desbancar a dos históricos como Lucas y Pala, y que por eso ocurrió porque los dos marcaron una diferencia importante como para ser parte del equipo, ¿vos cómo lo vivías?

. Nos aceptaron super bien. Pensé que iba a ser mucho más complicado porque Lucas y Pala estuvieron en todo el proceso desde 1995. De hecho, cuando fueron al Preolímpico ese año nosotros fuimos a entrenar, estuvimos ahí viendo los partidos, no éramos parte del plantel, pero entrenábamos con el equipo. Si bien teníamos relación, recién ahí en 2004 entramos en el equipo y sinceramente la primera sensación era que quizás alguno se lo podía tomar mal en el sentido de que eran todos amigos y caemos dos nuevos, como diciendo que se desarma el equipo, más la relación que tenían ellos con el resto del equipo. Pero nos trataron de lujo desde el minuto uno, era más un prejuicio o una idea que teníamos antes de entrar, nos sentimos super cómodos.

- Habías estado con buena parte del equipo en el Panamericano 1999, pero después no habías tenido tanto juego con ellos.

. No tuve mucho, de hecho, nosotros en 2002 con Atenas salimos campeones, yo salí MVP de las finales y no fui ni siquiera a la preselección, entonces yo pensaba que no me iban a tener en cuenta para estar selección y era toda una duda. En 2002 termino súper bien con Atenas y no voy ni siquiera a ninguna preselección, en 2003 me voy a Fuenlabrada, sigo con el mismo nivel y termino como MVP de la liga española, que ahí fue donde me convocan al Preolímpico y pasa el accidente de mi familia, que ahí yo me bajo. Pero en 2004 con Carlitos cuando termina el Sudamericano al nivel que veníamos cómo nos sacabas, cómo no nos convocaban. Veníamos con un nivel altísimo y el llamado final donde se eligen a los 12 y quedamos fue una alegría enorme, pero la duda cuando nos dijeron que quedábamos era cómo nos aceptaba el equipo, y fue espectacular.

-¿La clave fue la preparación, o de alguna manera cuando los convoca Rubén un poco ya están con un pie adentro?

. Cuando vamos a la preselección arrancamos de cero. Con el Sudamericano teníamos asegurada la convocatoria al menos. En 2002 yo me esperaba la convocatoria y no la tuve, de hecho de Atenas fue el Gringo Pelussi, y yo estaba convencido de que iba a ir a Indianápolis. Pero después de un Sudamericano cómo no nos convocás, venía muy dulce. Una vez que estuve en la convocatoria era ganarse el puesto como todo el mundo, indudablemente era sacarle el puesto a Pala, que todo el mundo sabe lo que era Torito para ese equipo, defensa super aguerrida, una bestia. Pero fuimos con muchísima confianza y super rodados de ese torneo.

- Cuando te confirman entre los 12, ¿con qué expectativas personales viajaste?

. Para nosotros ponernos la camiseta Argentina es ya el sueño máximo de todo jugador, más allá de jugar en la ACB, en la NBA, donde sea, creo que jugar en la Selección Argentina es el sueño de chico, y a parte un Juego Olímpico. Entonces cuando me convocan era como la expectativa de aportar lo máximo que pueda en el equipo, no viajás con tanta expectativa sobre todo por entrar a lo último, era clarísimo que no íbamos a tener tantos minutos. Pero ya el hecho de entrar era ya el premio que buscábamos con Carlitos.

-¿En qué rol te veías?

. En el rol más o menos que tuve. Quizás esperaba jugar más minutos, como esperamos todos, quizás en algunos pienso que podría haber jugado más minutos. Pero sabía que estaba de suplente de Chapu, que teníamos un juego relativamente parecido, entonces el equipo iba a seguir jugando como venía, de hecho en Indianápolis ese equipo venía super bien rodado, y yo dándole descanso al Chapu. Creo que es el rol que tuve al final. Yo veía a Manu de 2 con Hugo de recambio y a Chapu de 3 conmigo de recambio, que fue más o menos ese el papel.

-¿Cuáles tu recuerdo de cómo llegaron al torneo?

. Sabíamos que cuando jugábamos bien éramos super poderosos, pero había partidos que los jugábamos mal, sobre todo los amistosos que era como que en muchas jugadas te relajabas. Entonces esa irregular muchas veces nos pasaba factura, es verdad que España siempre en amistoso o partido oficial nos hacía partidazos y no salía nada, pero arrancamos medio irregulares. A medida que pasó el torneo empezamos a levantar el nivel, pero lo que fue la preparación estuvimos medio flojos en algunos partidos, incluso ganándolos, no éramos una máquina que daba a pensar que podíamos ser campeones. Con el paso del tiempo empezamos a levantar. De hecho, después del partido con Grecia el equipo dio un salto gigante, porque en realidad siempre teníamos esa duda, jugar el cuarto de final contra el local, más allá de que tuviera más o menos equipo que nosotros, pero cuando jugás con el local si pasás el obstáculo el siguiente debería ser menos que eso. Pero me parece que hicimos una pretemporada irregular, pero en ningún momento el equipo se comparó con Indianápolis, al menos yo porque no tenía punto de comparación.

-¿Y no te generaba más dudas justamente por no haber estado en Indianápolis el pensar en dónde estaban parados?

. Yo lo que quería hacer era un buen torneo, no defraudar sobre todo porque venía en lugar del Torito, habían salido subcampeones del mundo y tenían esa presión, al menos yo me la ponía. Si a vos te llaman para suplir a un jugador, lo minimo que tenés que hacer es cumplir la tarea que hacía ese jugador, que era defensivamente durísimo y yo no tenía su defensa, aportaba mucho en ataque, era un jugador de equipo y mi forma de jugar por ahí era un poco diferente. Quería intentar que la ausencia de él no se note, hacer las cosas que hacía él y darle un poco más al equipo si podía.

-¿Cómo te insertabas en el Juego ya? No habías estado en 2002, llegás, Villa Olímpica con dos departamentos de 6, sos el nuevo, ¿Qué hacías hablabas, escuchabas, mirabas?

. Lo mejor que nos pudo pasar es eso, porque si fuese al día de hoy con la tecnología, creo que no nos hubiésemos integrado tan fácil, porque al ser dos departamentos teníamos un solo hall, el lobby que era para nosotros solos y había un solo televisor, entonces o bajábamos todos a ver la tele o jugábamos a las cartas, entonces al final nos juntábamos todos, y eso nos permitió con Carlitos integrarnos. Con Huguito Sconochini en 2002, no tuvimos problemas, pero cuando no me convocan ni siquiera a la preselección, salió un comentario como que yo había dicho que cómo no me iban a convocar a mi y convocaban a Palladino y Sconochini que supuestamente no era tanto su nivel como el mío, algo que nunca dije pero que cuando le llegaba a Hugo me quería matar, entonces lo charlamos ahí en esos juegos y a partir de ahí limamos toda posible aspereza. Terminamos siendo compañeros de truco prácticamente invencibles. Pero gracias a esa unión, el estar juntos sin tecnología y todo el tiempo charlando. Siempre digo que Manu era el líder dentro de la cancha, pero fuera de la cancha yo decía algo y me respetaban igual que si lo decía Chapu o Puma Montecchia. Esa es la mística que tiene la Generación Dorada, que se le da valor a todos, el que más juega hasta el que menos, ese ha sido un secreto de nuestra generación.

- No te voy a decir que todo tiempo pasado fue mejor ni que hoy no harían lo que hacen todo, ¿pero no le das un pequeño porcentaje a esta famosa familia al tema de que no hubiese tanta tecnología?

. Por eso gracias a que no había tecnología nos teníamos que juntar, no había otra opción. A parte hoy en día se junta el grupo más cercano y están con el teléfono, pero ahí estaban todos, el preparador físico, el utilero, incluso de otras delegaciones. Lo que pasa es que nosotros cerramos mucho el círculo porque entramos a esos Juegos ya con la idea de conseguir una medalla. Fuimos con la mentalidad ganadora. Yo siempre digo que a los chicos hay que enseñarles que no es lo mismo ganar que perder y que hay que transmitir una mentalidad ganadora, nosotros teníamos eso por más que ganáramos o perdiéramos un partido. Uno juega para ganar, y si perdiste trabajás para ganar el siguiente, eso es la mentalidad. La Generación Dorada tenía eso.

-¿Tenés claro el origen de esa mentalidad?

. Soy un convencido que tuvimos la mejor camada posible de jugadores, pero la mejor porque fueron los mejores bases, ayudas, aleros, ala pivotes y pivotes.

- También en ese momento tenían 40 jugadores de nivel internacional.

. Eso se debe a todo un trabajo. El nivel con el que se entrena ahora en casi todos lados es bajísimo porque no hay la vocación. Nosotros entrenábamos 6 o 7 horas por día y estábamos todo el día en el club.

-¿Vos no tenías las ganas también de ser Uranga, Michael Wilson? Cosa que hoy no pasa por ahí porque los jugadores se fueron casi todos y te falta ese espejo.

. Tal cual, el nivel de la Liga era altísimo porque la situación económica era diferente, todavía no se había ido nadie, pero sumale también el peor enemigo que es la tecnología. Mi hijo el rato que va a tirar al aro al patio de mi casa, el rato que no está tirando se fue con el teléfono o a jugar a la play. Es dificil porque es mucho la mentalidad, tenés que formar a los chicos e indicarles que el camino es ese. En España muchos chicos no llegan porque el nivel de la Liga ACB es altísimo y pienso que los chicos si entrenaran en Argentina la Liga Nacional si la podrían jugar, se forman y pueden dar el salto. Pero hacer las formativas en España y llegar a la ACB es muy dificil, tenés que ser un crack. La mentalidad nuestra era diferente en otro aspecto; nosotros jugamos Liga Nacional y buscamos un pasaporte europeo, teníamos otra aspiración, es una cuestión de cultura.

- Volviendo a Atenas 2004, partido inaugural con Serbia y Montenegro, vos por ahí no tenías la espina atravesada en la garganta del 2002, pero te debiste contagiar un poco. Creo que cada año que pasa es más importante ese partido.

. No se si más importante, pero si más espectacular. Cada vez que veo esa palomita es impresionante, porque a la velocidad que tira Manu, porque parece un tiro de él pero a la velocidad que viene corriendo y a esa velocidad dejar la pelota muerta contra el tablero no es tan sencillo como se ve en la tele. Pero creo que ha sido un partido impresionante de ensueño porque parecía ganado, después perdido y de repente aparece ese golazo. Fue increíble empezar el torneo de esa manera.

- Cuando uno habla del Mundial 2022 de fútbol parece guionado. Y si te ponés a ver ese 2004 también está un poco guionado. Era la revancha del 2002, ganarlo con una palomita de Manu en el último segundo y empezar así el Juego Olímpico dejándolo afuera prácticamente.

. Yo que la viví por televisión, era esa sensación de descargar esa bronca del 2002 en esa última pelota de Manu. Pero fue el primer partido y nos quedaba un montonaso por delante. Pero ganar el primer partido en la confianza suma un montonaso.

-¿Sos de los que cree que si hubieran perdido ese partido por ahí jugaban mejor el resto de la fase de grupos por necesidad de ganar?

. Lo que pasa es que lo de Serbia nos daba la tranquilidad de que si perdíamos con España, que siempre fue el cuco nuestro, ya nos daba un poco más de aire. A lo mejor era peor porque jugábamos con mucha presión. La necesidad obliga a jugar de otra manera, pero con mucha presión.

-¿Tenés tu teoría del karma con España?

. Ellos nos agarraron la vuelta a nosotros. Nosotros nunca supimos bien cómo agarrarles la vuelta porque en realidad no era muy complicado defender a Gasol, a la Bomba Navarro. Ellos jugaban como equipo y nos defendían muy bien, esa es la realidad. No podíamos hacer nuestro juego, nos han leído impecable siempre y nos tenían tomados los tiempos. De hecho cada vez que empezábamos los partidos, cada cosa que queríamos hacer teníamos siempre a un tipo adelante, nunca nos sentimos cómodos.

-¿El tema de tener a casi todos jugando allá sumaba en eso de tener una ansiedad extra por ganarles que les jugaba en contra?

. El hecho ese hacía que todos nos conociéramos. Pero no es que tuviera algo muy diferente. Nos leyeron muy bien el juego nuestro siempre. Porque nunca tuvimos un partido donde se nos dio bien, si les ganamos lo hicimos de milagro y sino perdíamos por 10, 12, 15, nos han dado hasta palizas.

- Saltamos a Grecia, 3-2 en la primera fase, no jugando particularmente bien y perdiendo ese partido con Italia. ¿Qué les pasó cuando se ordenan las cosas y quedan con Grecia? Por como había jugado Estados Unidos, el peor rival era el local.

. Depende de cómo lo mires. Cuando nos toca Grecia sabíamos que estábamos muy irregulares, no estábamos tan finos y jugábamos con el local, que siempre está entre los candidatos porque tenés 20 mil griegos que te están gritando todo el partido. Nos planteamos desde el minuto uno mantenernos en partido siempre, porque cuando jugás con el local la clave número 1 es esa, cuando te sacan ventaja es muy dificil remontar. Ya si lográbamos eso la presión en el final podía pasar a ellos.

-¿Hasta ese partido qué participación habías tenido?

. No había jugado tanto. Quizás algunos minutos en unos partidos, pero no tanto. Pero veníamos clasificando y cuando estás en un torneo querés seguir pasando de fases y creo que ese es el objetivo de todo jugador en un equipo.

- Partido con Grecia. 9 abajo, falta de Chapu, sale pateando todo, técnica, Rubén te marca y adentro. ¿Te acordás cómo estabas vos mentalmente en ese momento?

. Yo veía el marcador, que el partido se estaba yendo, entonces pensaba que en algún momento iba a tener la posibilidad más que nada por el marcador. La dinámica daba como que el partido ya quedaba así, como que Grecia manejaba el partido. Y cuando sale Chapu pensaba que podía estar Hugo, no sabía que iba a entrar en el tercer cuarto, pensaba que en el final porque veía el marcador. Pero en el momento que me llama no esperaba eso, pero si es una realidad que estaba super entrenado como todos porque entrenaba a la par del equipo y a la vez estaba todo el día en el gimnasio, me seguía manteniendo para que si no jugaba ahí al otro día tenía que jugar con Unicaja, que con ellos el año anterior nos había ido muy mal, entonces pensábamos en lo siguiente. Que me dieran más o menos minutos era decisión del entrenador, pero no es que me agarraban de improviso o mal entrenado y qué casualidad que me llamaba.

-¿Es el gran acierto táctico de Rubén en ese torneo?

. Lo que pasa es que en realidad cuando entro yo veo el partido y entré con toda la energía, pero no es que hice 25 puntos y 40 rebotes y dimos vuelta el partido. Lo que si es verdad es que cambié la dinámica del juego, porque entré a defender como no defendía casi nunca y a demostrar que podía jugar, entonces se mezclaban muchas cosas. Yo salgo a la cancha a intentar que el equipo gane y después a tapar bocas, porque el ego de cada uno es como es y en mi mente creía que tenía que jugar más como creemos casi todos. Pero eso me pasó toda la vida en todos los equipos. Después solo cambié la dinámica y el equipo levantó de vuelta.

-¿Y estabas tranquilo al momento de entrar? Tenés una personalidad particular que parece que nada te pone nervioso, pero no se si estás así para adentro.

. Estaba muy tranquilo porque no es que tenía muchos minutos. Y como no me esperaba entrar, no estaba desesperado por entrar. Te ponés nervioso cuando sos el primer suplente y tenés que estar listo. Pero yo estaba en Disney prácticamente porque estaba viendo el partido. Esa situación me encantaba porque estamos hechos para esto, porque es el momento que más picante se pone, sos héroe o villano, pero la idea es ser héroe.

-¿Te diste cuenta que cambiaste la dinámica durante el partido?

. Si porque cuando entro estábamos 11 abajo y nos vamos acercando. A parte me doy cuenta cuando después de un tiempo muerto salgo y vuelvo a entrar porque cuando se acomodó el partido pensaba que me sentaba y terminé el partido. Y cuando terminó el partido los argentinos que estaban en el estadio quieras o no te meten en una burbuja como que sos crack.

- A parte el partido se iguala muy rápido, a los 3 minutos estaban igualados.

. Es que yo me acuerdo que me cruzaba a Alvertis y me puteaba en todos los idiomas porque entré a pegar, porque al final entrás a buscar todas las pelotas, meter puntos en ataque y a dar todo. También a demostrar que yo podía jugar, porque cuando no jugás si termina un torneo, muchas veces pienso que la gente iba a decir que hubieran dejado a Palladino, que jugaba y yo no jugaba. Son mil cosas que se te cruzan en la cabeza. Pero como yo siempre entreno, entreno, entreno, en algún momento cuando tengo la oportunidad trato de aprovecharla, pero me pasó siempre desde chico en Olimpia, siempre estuve preparado. De hecho, debuto en 1997 y metí 5 puntos porque jugué 2 minutos. Soñamos vivir de esto y si tu sueño es este lo peor que te puede pasar es que te vaya mal, no jugás, entonces nose cuál es el miedo a entrar en partidos calientes, por lo menos esa es la idea que yo tengo.

-¿Alguno te dijo algo después? Porque hay una cosa que por ahí se malinterpreta, ustedes eran un equipo muy emocional, pero al mismo tiempo eran un equipo muy frío, en el sentido de ser el asesino que tiene la calma y frialdad de apuntar y pegar. Era un enfoque total y nada los sacaba de ahí.

. Es que en ese sentido somos todos iguales, no somos muy expresivos. Pero también porque el trabajo no estaba hecho, le ganamos a Grecia pero teníamos que pasar Estados Unidos para conseguir al menos medalla. Pero una vez que le ganas a Grecia te sacás un peso de encima. Seguramente me habrán dicho algo particular, pero no recuerdo bien.

- Una situación así te potencia para lo que viene, ¿cómo jugó para encarar otro partido con Estados Unidos que en 2004 estaba fresco lo del 2002, el equipo era mejor y había que ganarle otra vez?

. En mi mente cuando Marbury les mete 32 puntos a España y los eliminan, a Estados Unidos le ganábamos. Como equipo habíamos pasado lo peor por la derrota del principio y ganarle a Grecia estábamos mejor. Pero en mi mente porque después de haber jugado con Grecia me sentía otra vez parte de la rotación y porque pensaba que iba a jugar con Estados Unidos. También cuando el equipo gana y se empieza a acercar los partidos por la medalla, es lo que todos quieren. Con España nos ganaron muy bien y nos podía tocar enfrentarlos otra vez, cuando vimos que ganó Estados Unidos para mi era todo muy nuevo.

- Estados Unidos al ganarle a España tan bien después de una mala primera fase, ¿cambió su status?

. Estados Unidos siempre va a ser Estados Unidos, es el que supuestamente iba a ganar. Jueguen como jueguen, ganen como ganen, es el Dream Team y en los papeles iban a ganar, lo que pasa es que nosotros salimos a ganar y es verdad que no respetamos nada porque desde el minuto 1 los salimos a pasar por arriba, no fuimos a ver qué pasa. Entramos a ganar y de hecho en la manga de salida, donde estaban canchereando y escuchando música, cantamos la canción de la cabeza y nos chocamos y nos fuimos para el lado de ellos, y para mi en ese momento ellos dijeron ‘estos están locos’. Tengo esa sensación que se sacan los auriculares y nos miraban. Desde ahí se ganó el partido, los reventamos de salida. Ya en el partido nosotros jugamos siempre al 100%. En mi mente si ese partido dura 10 horas más ganamos nosotros.

- Ahí tuviste otro ingreso, no en un momento crítico, pero muy importante tu aporte revulsivo desde la banca.

. Era ya ser parte de la rotación. Como había entrado con Grecia, sabía que iba a estar en el partido siguiente, entonces al final ya entraba con otra mentalidad. Sobre todo jugar con Estados Unidos, y en la mente de cada uno de los que estábamos en Europa que queríamos llegar a jugar en la NBA, la forma más fácil es jugar bien contra el Dream Team porque todos los ojos están puestos en ese partido, son muchas cosas que envuelven al jugador. Por eso digo a los chicos que siempre jueguen como si alguien los estuviera viendo. Quería intentar demostrar que podía jugar en la Selección Argentina, en el puesto de alero, y si hubiera una posibilidad en la NBA.

- 20 años después uno de los grandes como LeBron James todavía tiene en la cabeza ese partido, ¿qué te genera?

. Para mi es el 1 a título personal. En 2006 ficho en Charlotte y mi contrato se firma en Japón durante el Mundial. Después jugamos contra Estados Unidos por el tercer puesto, y en la presentación vamos a saludar, se cruza de donde estaban todos, me da un abrazo y me dice ‘bienvenido a la NBA’ siendo LeBron James. Entonces más allá de lo que es como jugador, como persona me dejó impactado, todo lo que diga me parece perfecto. Son palabras mayores, sobre todo si tiene esa sensación del 2004.

-¿Tomaste dimensión de lo que generaron en el mundo del básquet? Esa derrota hizo cambiar el programa de Estados Unidos en básquet, no solo fue el efecto del oro, cambió el mapa mundial del básquet porque Estados Unidos ganó prácticamente todo lo que jugó.

. Ganó prácticamente todo y yendo con casi todo lo mejor que tiene. Lo que pasa es que necesitan compenetrarse como equipo, porque muchas veces en eso flaquean. Si ellos enganchan bien la química, es imposible ganarles. En trabajo de equipo ellos son mucho más flojos que individualmente.

-¿Después de ese partido te sentiste campeón mentalmente? Porque aunque fuera Lituania, parecía que no había chances de que les sacaran el oro.

. Cuando ganó Italia yo si me vi campeón. De hecho, me pareció que contra Italia fue mucho más parejo al principio que lo que imaginaba, yo pensaba que íbamos a ganar por 20 más allá del respeto, de ser final olímpica. Antes del partido en la entrada en calor Carlitos me dice ‘pensá que en el partido de hoy el que pierda, perdió todas las finales’ y me quedé pensando. Y al final ganamos nosotros.

-¿Y cuándo te viste campeón olímpico, sentías que estaba ganado o no sentiste esa seguridad?

. En el primer tiempo no me pareció, como que nosotros estábamos jugando muy mal. Pero terminamos festejando en el último minuto. Nosotros teníamos la tensión de pensar que por ahí iba a entrar porque había jugado dos partidos seguidos y ese partido si estuve más tensionado. Festejamos ya en el último minuto cuando ya vimos que el partido era para nosotros. Y esa sensación de ser campeón olímpico y que no sabés en realidad donde estás. Años atrás hubiera sido impensado que Argentina consiguiera una medalla olímpica. Era muy complicado siempre. Lo malo de esas cosas es que las vivís, disfrutás como podés y después con el paso del tiempo pensás ‘mirá lo que conseguí’. La carrera nuestra lo malo que tiene es que nunca deja disfrutar demasiado de los logros o los fracasos también porque a los meses tenés revancha.

-¿Qué es el oro?

. Es el premio máximo con diferencia. Era un premio impensado, porque uno de chico tiene mil sueños, pero no ese. A lo mejor los chicos de ahora si porque nos vieron a nosotros. El sueño de toda la vida nuestra era el de jugar en la Selección Argentina y jugar en la NBA, que también era lejano. Al final conseguimos todo más el oro, el más dificil y el no soñado.

-¿Qué son los otros 11 para vos 20 años después?

. Son hermanos de camiseta. Es raro, no somos todos íntimos amigos, pero tenemos el chat de los 12 jugadores. La única pena, que ahora se va a terminar, es que en 20 años no nos juntamos los 12. Al vivir en diferentes lugares es complicado, y volver a encontrarnos 20 años después es muy bueno. Insistí mucho porque cuando surgió la posibilidad de juntarnos a jugar al principio parecía una utopía. Yo tuve una arritmia en 2019 y dije ‘mirá que las balas empiezan a picar cerca’, estamos todos, ojalá nos juntemos todos los años. Pero si no nos juntamos ahora para un homenaje, es muy dificil, y cuando falte alguno no vamos a estar nunca más los 12, entonces me parece que es otra vez engancharnos y revivir algo que es el logro máximo de todos. Para todo el mundo ganar un oro olímpico es increíble. Los otros 11 es una sensación rara porque he jugado en muchísimos equipos y no tenemos con ninguno una conexión con el equipo en sí. El famoso hilo rojo que lo vamos a llevar de por vida.

Fabián García / [email protected]
Enviado especial a Málaga, España
En Twitter: @basquetplus

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