Walter Herrmann, el sorpresivo héroe de Atenas 2004
16:11 14/08/2024 | El santafesino llegó a los Juegos Olímpicos pero no era uno de los principales protagonistas. Tuvo su oportunidad, la aprovechó y fue determinante.
Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 tuvieron a Argentina como ganadora de la medalla dorada en un hecho histórico para el deporte argentino además de ser un cimbronazo muy importante para el básquet en sí. El logro de los argentinos marcó un antes y un después dentro de la disciplina cortando la hegemonía de Estados Unidos. Los creadores de este deporte, fueron los amplios dominadores en toda la historia de la cita ecuménica.
Ya sabemos que Argentina tuvo a Emanuel Ginóbili y Luis Scola como las principales figuras. No solo de ese torneo, sino de la Generación Dorada en todo su proceso. Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Pepe Sánchez, Alejandro Montecchia fueron otroso nombres de gran importancia en Atenas 2004 y en toda la etapa del equipo argentino. Pero en esos Juegos Olímpicos, lejos de las luces de las grandes estrellas pero teniendo aportes determinantes, en ocasiones salvando a Argentina y manteniéndole con vida, hubo otro jugador que vino de atrás y fue protagonista.
Walter Herrmann llegaba con un gran presente en lo personal pero varios pasos más atrás del resto de los jugadores con los que competía por minutos. Es por eso que no era un habitual de la rotación. Así fue que el santafesino debutó recién en la tercera fecha cuando Argentina venció con comodidad a China por 82-57. Igualmente apenas jugó 12 minutos.
Herrmann volvió a sumar un puñado de minutos en la fase de grupos pero su momento más importante fue en los cuartos de final ante Grecia. Ante su escasa participación, no esperaba sumar minutos en los duelos importantes por eso le llamó la atención cuando Rubén Magnano lo llamó para que ingrese. Anotó seis puntos seguidos en un abrir y cerrar de ojos. Quizás no fueron la gran cosa, quizás sí, pero a partir de ese momento los nacionales mostraron otra cara, comenzaron a defender y a correr como sólo ellos sabían hacerlo. Finalmente terminaron ganando el parcial por 24-18 y todo se decidiría en el último cuarto. En el periodo decisivo todos se unieron para liquidar al local, ante 20.000 espectadores y un escenario que vibraba a cada minuto.
“En el tercer cuarto venía sin jugar y me llama. Lo miré como pensando que se había equivocado. Entré al partido con la intensión de demostrar que podía jugar en la selección, entonces empecé a chocar a todos, a defender todo lo que podía, tomé rebotes”, recordó el propio Walter tiempo después en un programa con Pepe Sánchez. Y agregó: “Después vi el partido y no es que haya jugado tan bien. Pero hay un momento donde se había vuelto todo monótono, y te das cuenta que si seguía así lo perdíamos. Entré y se revolucionó todo con un par de rebotes, una falta en ataque que me hacen, Manu que mete un doble seguido del mío, nos empezamos a animar y ganamos el partido”.
Herrmann, tranquilo como siempre, no se mosqueó por tener que entrar con Argentina 11 abajo, y empezó a tener acciones positivas. Un doble, un rebote, una contra, un triple. Revolucionó el partido, Argentina lo dio vuelta y terminó ganando bien 69-64. Se volvía a una semifinal olímpica después de 52 años.
En la semifinal ante Estados Unidos ya los minutos se los había ganado por lo hecho ante Grecia. Si bien no tuvo tanto protagonismo ni fue determinante, su aporte fue muy importante. Argentina tuvo un buen partido en líneas generales y logró quedarse con la victoria por 89-81. Su capacidad física fue importante con 11 unidades en 14 minutos, para dar una mano importante en el pase a la definición.
La historia es conocida. Magnano no lo incluyó en la final ante Italia, pese a necesitarlo por momentos y al trabajo que había hecho Walter en las dos fases anteriores. Pero Herrmann ya se había metido en la historia y se había convertido en el sorpresivo héroe luego de amargarle la fiesta a los locales.
Federico Radulovich / [email protected]
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