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En los últimos años, las selecciones de Letonia, Sudán del Sur y Bahamas sorprendieron tanto en sus respectivos continentes como en torneos intercontinentales. Con historias únicas y jugadores destacados, estos equipos han demostrado que, con esfuerzo y talento, pueden competir al más alto nivel. A continuación, analizamos cómo cada una de estas selecciones ha explotado su potencial y se ha convertido en una fuerza emergente en el básquet internacional.

Letonia: La revelación de Europa

La selección letona ha tenido un ascenso meteórico en el baloncesto internacional, sorprendiendo a todos con su desempeño en el Mundial 2023. Bajo la dirección del entrenador Luca Banchi, Letonia logró un histórico quinto puesto en su primera participación en el Mundial, superando a potencias como Francia y España. Este éxito se debe en gran parte al juego de equipo fluido y compartido, con un promedio de 24.4 asistencias por partido. Jugadores como los hermanos Bertans, Kristaps Porzingis (cuando está sano) y Arturs Zagars han sido claves para este logro.

El camino de Letonia hacia el éxito comenzó con la clasificación al Mundial, donde enfrentaron a equipos de alto calibre en uno de los grupos más difíciles. Su capacidad para derrotar a potencias mostró su tenacidad y habilidad para competir contra los mejores del mundo. Incluso tras la dolorosa derrota ante Alemania en cuartos de final, el equipo se repuso rápidamente y venció a Italia para asegurarse el quinto puesto, consolidando su reputación como una de las revelaciones del torneo.

El impacto de este éxito en Letonia ha sido profundo. Las escuelas permitieron a los niños ver los partidos en clase, y los jugadores se han convertido en modelos a seguir para las nuevas generaciones. Los letones son el último bastión competitivo de la ex Unión Soviética. Su carrera rumbo a los Juegos Olímpicos se cortó en la última fase ante Brasil. Fue finalista del Repechaje que alojó en Riga, pero perdió contra Brasil

Sudán del Sur: De la guerra a la gloria olímpica

Sudán del Sur, el país más joven del mundo, encontó en el básquet una vía para mostrar su resiliencia y esperanza. Independizado en 2011 tras décadas de conflictos bélicos con Sudán, el país ha sufrido guerras civiles, violencia político-étnica y catástrofes naturales. Sin embargo, en medio de estas adversidades, la selección de baloncesto ha emergido como un símbolo de unidad y orgullo nacional. Su debut en los Juegos Olímpicos, con una victoria histórica sobre Puerto Rico por 90-79, es un testimonio de su fortaleza y determinación.

El camino hacia este triunfo olímpico no fue fácil. Los jugadores de la selección provienen de diversos lugares, incluyendo Estados Unidos, Australia y Canadá, muchos de ellos nacidos en campos de refugiados debido al conflicto en Sudán. Esta "banda de refugiados", como la define el alero Wenyen Gabriel, ha trabajado incansablemente para escribir una de las pocas páginas felices en la historia de Sudán del Sur. Liderados por Carlik Jones, quien anotó 19 puntos y logró 7 rebotes y 6 asistencias en su primer partido olímpico, el equipo demostró su capacidad para competir al más alto nivel.

La participación de Sudán del Sur en el básquet olímpico es más que un logro deportivo; es una declaración de su perseverancia y aspiración de paz. Guiados por figuras como Luol Deng, presidente de la Federación de Baloncesto de Sudán del Sur y exjugador de la NBA, el equipo ha demostrado que el deporte puede ser una herramienta poderosa para la reconciliación y la construcción de una identidad nacional. Con su primer triunfo olímpico, Sudán del Sur no solo celebra una victoria en la cancha, sino también un paso significativo hacia un futuro más brillante y esperanzador. Una potencia que pasó del AfroBasket al Mundial y del Mundial a las Olimpiadas.

Bahamas: El sueño olímpico del Caribe

Bahamas emergió como una potencia inesperada en el básquet internacional, impulsada por la presencia de estrellas de la NBA. El equipo caribeño, buscó su primera participación en los Juegos Olímpicos, desmostró su valía en el Preclasificatorio Olímpico y en otros torneos. Con jugadores destacados como Buddy Hield, Deandre Ayton y Eric Gordon, Bahamas mostró que tiene el talento necesario para competir al más alto nivel.

El camino hacia el éxito de Bahamas ha sido impulsado por un sólido programa de desarrollo y la incorporación de talentos jóvenes como VJ Edgecombe. En el Preclasificatorio Olímpico, Bahamas hizo historia al derrotar a Argentina, un logro que demostró su capacidad para enfrentar a equipos de élite. Además, la inclusión de Kai Jones y la posible incorporación de jugadores como Klay Thompson, los hermanos Mobley y Naz Reid refuerzan aún más al equipo.

El último torneo fue en el Preolímpico de Valencia donde se quedaron a un juego con España de asegurar su lugar en los Juegos Olímpicos de París . Bahamas se quedó a las puertas de su participación olímpica. Ahora su búsqueda es también establecerse como una fuerza constante en lo internacional. En cuanto al nivel América también deberá repetir sus éxitos, probablemente sin jugadores NBA en las ventanas, en la última y esos términos logró una victoria histórica ante Puerto Rico.

Pablo Catalá / [email protected] 
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