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Anthony Randolph, uno de los jugadores más queridos del Real Madrid, anunció su retiro del básquet profesional a los 35 años. Mediante una emotiva carta publicada en sus redes sociales, el ala-pívot norteamericano confirmó el final de una carrera que lo llevó de la NBA a la cima del básquet europeo. "El baloncesto me ha dado más de lo que jamás podría haber soñado", escribió Randolph, quien no jugaba desde 2023 tras dejar la Casa Blanca.

Con 2,06 metros y un talento excepcional, Randolph fue clave en una de las etapas más exitosas del Real Madrid. Desde su llegada en 2016, proveniente del Lokomotiv Kuban, el estadounidense se convirtió en una pieza fundamental para Pablo Laso. En su paso por la capital española, cosechó 12 títulos: 2 Euroligas, 3 Ligas ACB, 2 Copas del Rey y 5 Supercopas. Pero su momento icónico quedó grabado en 2016, cuando le colocó a Joey Dorsey el que muchos consideran "el mejor tapón de la historia de la Euroliga" en un clásico ante el Barcelona.

El Real Madrid no tardó en despedir a su exjugador con un emotivo comunicado. "Randolph formó parte de una de las etapas más exitosas de nuestra historia", destacó el club blanco, resaltando su huella en la última conquista europea de 2018 y el reconocimiento que tiene entre los madridistas. El comunicado también subrayó su importancia en un equipo que "ha marcado una época en el baloncesto europeo".

Nacido en Würzburgo, Alemania, y formado en LSU, Randolph tuvo un paso de seis temporadas en la NBA con Golden State, New York, Minnesota y Denver antes de dar el salto a Europa. En el Viejo Continente, su consolidación llegó de la mano del Madrid y también con la selección de Eslovenia, con la que ganó el Eurobasket de 2017. Sin embargo, el tramo final de su carrera estuvo marcado por lesiones que limitaron su presencia en cancha. "Estoy emocionado por lo que me espera y las nuevas oportunidades que vendrán", afirmó en su despedida.

Con el retiro de Randolph, el Real Madrid pierde a otro referente de la vieja guardia, tras las despedidas recientes de Rudy Fernández y Sergio Rodríguez. Su legado, sin embargo, permanecerá intacto en la historia del básquet de Europa.