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El Real Madrid ha comenzado el partido con buen ritmo, moviendo el balón con fluidez buscando la generación de espacios. Sin embargo, la férrea defensa de Zalgiris, siempre intensa, ha complicado las opciones de los blancos, que se han visto forzados a buscar lanzamientos exteriores sin demasiada fortuna. Los de Trinchieri, viendo una pequeña grieta ahí, han subido aún más la presión, llevando su defensa a toda la pista y asfixiando los ataques madridistas. Además, el otro lado de la cancha, los lituanos ha mostrado un alto nivel de acierto, con un 6 de 8 en triples y liderados por un brillante Loonie Walker, autor de 10 puntos en siete minutos. A pesar del buen momento, eso sí, Zalgiris ha sufrido un revés con las dos faltas tempranas de Dunston.

El guion del partido apenas ha cambiado en el segundo cuarto, con Lonnie Walker ofreciendo un auténtico espectáculo. Inspirado como en sus mejores noches, el ex de San Antonio Spurs, Lakers y Brooklyn Nets ha sumado otros 11 puntos, siendo una pesadilla constante para la defensa blanca, que ni con dos defensores ha logrado parar al jugador estadounidense. El Real Madrid, completamente superado, se ha mostrado falto de ideas en ataque y desordenado en defensa, llegando siempre tarde a las ayudas y permitiendo tiros liberados. Zalgiris, con un 66% de acierto desde el triple (10/15), ha castigado cada error madridistas y ha llegado a ponerse 17 puntos arriba a falta de tres minutos. La energía de Llull, autor de 12 puntos y líder emocional de su equipo, ha evitado una debacle mayor, contagiando a sus compañeros en un intento desesperado de recortar diferencias antes del descanso.

Pero, por si los problemas del Madrid no fueran suficientes, el arbitraje ha vuelto a ser un lastre: una antideportiva inexistente y una técnica a Campazzo tras una otra acción con una falta que no ha existido, han agravado aún más la situación. ¿El resultado? 16 abajo de los madridistas al descanso y con la sensación de estar luchando contra todo. Incluso contra ellos mismos.

El Real Madrid ha salido del vestuario con una actitud renovada, recortando rápidamente la desventaja hasta ponerse a 10 puntos. El cambio de energía en el equipo y en las gradas del Palacio parecía haber dado un vuelco al partido, pero los árbitros han decidido tomar el protagonismo y desbaratar cualquier intento de remontada. Una decisión errónea no ha dado por válida una canasta para los blancos, y las protestas de Chus Mateo han acabado con su expulsión. Mientras tanto, Zalgiris ha sobrevivido con tiros de media distancia y triples al límite de la posesión, apoyados por un arbitraje que ha continuado mermando al Madrid, castigando cualquier mínimo contacto con falta y señalando más técnicas al banquillo madridista, ignorando las protestas lituanas. La barra libre de siempre. A pesar del esfuerzo defensivo de los blancos, que han llegado a colocarse a 8 puntos, la combinación de aciertos de Zalgiris y el desequilibrio arbitral ha permitido a los visitantes recuperar una cómoda ventaja al final del cuarto. 

El último cuarto ha sido el golpe definitivo para un Real Madrid que ha entrado con 12 puntos de desventaja y, tras encajar un parcial de 0-6 en apenas minuto y medio, ha obligado a Paco Redondo a pedir tiempo muerto de inmediato. Sin embargo, la pausa no ha cambiado el panorama. Aunque el arbitraje ha seguido sin favorecer a los blancos, esta vez han sido sus propias debilidades las que quedaron al desnudo. El equipo se ha mostrado totalmente superado, sin ideas en ataque, inoperante en defensa y con una preocupante falta de reacción. La sensación más inquietante no ha sido sólo la derrota, sino la incapacidad del equipo para tocar fondo y frenar la caída libre en la que se sigue sumido.  Campazzo sumó 9 puntos y 4 asistencias y Deck aportó otros 10 tantos.

Boxscore

Real Madrid 83-92 Zalgiris Kaunas: Lonnie Walker brilla y apaga por completo a los blancos/Bernabéu Digital