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Bruno Cerella es uno de los argentinos más ganadores en el básquet italiano. Y él si puede decir que lo dio todo para lograr títulos. Hasta jugó un día después de haberse operado la rodilla para ganar la Coppa Italia del 2016 con Olimpia Milano.

El viernes, durante los cuartos de final sufrió una rotura de menisco ante Reyer Venezia, en lo que fue victoria por 88 a 59. En charla con Básquet Plus en aquel momento había contado: “Me lesioné el menisco interior de la rodilla derecha, el viernes a la noche. Y el sábado me hice la resonancia magnética, ya sabiendo lo que tenía, porque el doctor me lo había diagnosticado. Me dijo que al otro día hacíamos la resonancia y operamos inmediatamente”.

Y el sábado ya no jugó en lo que fue victoria de su equipo por 90 a 58 frente a Cremona por las semifinales. “El sábado mientras el equipo estaba jugando la semifinal, yo me estaba operando en el hospital. Mientras me operaba, el doctor me preguntó si tenía ganas de jugar al día siguiente, y pensé que me estaba jodiendo. Nos empezamos a reír, pero después me di cuenta que no era un chiste y me dijo que, si al otro día me sentía bien, podía ir a la cancha. Me dice: nos conocemos hace mucho tiempo, acá no hay contraindicación y yo no soy un loco, ni vos sos un idiota. Así que, si te sentís bien personalmente, andá, me encantaría que estés en la cancha. Y así fue, el día después ya estaba entrenando ahí con el equipo. Salí del hospital a las siete de la mañana y a las 10 ya estaba entrenando con el equipo, para el partido que era a las 6 de la tarde”.

Y siguió: “En el momento que me rompí, no pensé que podía llegar a jugar. Pero yo estaba de manera positiva, tranquilo y esperando operarme, para ya empezar con la rehabilitación. En el momento que me dijo que podía jugar, ya me mentalicé, para ya ponerme en clima de partido. Así que hasta dentro del hospital empecé a trabajar, haciendo algunas cosas para la pierna, para tenerla bien. Me acosté a dormir el sábado, pensando que a la noche siguiente era la final y que tenía que jugarla”.

Ya el domingo todos se enteraron que Cerella podría ser parte del equipo en la final frente a Avellino. “Fue algo que no estaba programado, así que lo comunicamos una hora antes del partido a todo el mundo. Nada más el entrenador lo supo a la mañana y fue lindo, emocionante, poder volver a la cancha en 26 horas”. Y terminaría jugando 6 minutos, donde tomó 5 rebotes y dio su habitual trabajo defensivo, para terminar con victoria por 82-76 y levantando un título en cancha cuando menos de un día antes estaba en una cama de hospital recién operado.