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En algún momento, la cantidad de títulos conseguidos por San Lorenzo iba a despertar la competitividad de Boca en ese duelo futbolero no establecido en el básquet, pero siempre latente. Y con la nueva conducción, que el año pasado agarró el club con la Liga ya empezada, las cosas cambiaron bastante. 

Primero se contrató a Gonzalo García y luego se le habilitó presupuesto como para armar un equipo que tenga posibilidades de ser protagonista. Renovaron a tres importantes (Boccia, Aguerre y Leiva), y trajeron varios del gusto de Gonzalo, bien conocidos por él: De los Santos y Schattmann. Más Buendía, de gran año en Gimnasia. A hoy no están confirmados, pero también tiene abrochados dos extranjeros interiores. 

Con eso, puede aspirar a todo. La veteranía de su plantel será un tema que puede resultar beneficioso o perjudicial. Sobrevivir a una burbuja no está claro a quién le cae mejor, si a pibes solteros sin hijos o a veteranos con familia. Pero está claro que la mentalidad para enfocarse va a necesitar de cierta serenidad que dan los años. Sea como sea, el equipo pinta bien, como para que San Lorenzo, su archirrival, no la tenga tan fácil.