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Históricamente, cuando se hablaba del básquetbol universitario, o del deporte colegial en general, siempre se lo relacionaba con el amateurismo, el estudio y esa onda medio romántica de hacer deporte por el solo hecho de tener una vida saludable. Pocos, dentro de lo que es una enorme cantidad de alumnos, podían pensar en llegar a ser profesionales alguna vez. 

Pues bien, eso ya casi no existe más. La proporción de los que llegan a algo no varió demasiado, pero sí el dinero que anda dando vueltas por la NCAA. No solo por el más reciente permiso para que los alumnos cobren por sus derechos de imagen (NIL, por su significado en inglés de name, image y likeness -nombre, imagen y aspecto-), sino porque las Universidades se convirtieron en enormes generadoras de dólares, con la TV y con las empresas que, por ejemplo, ponen muchísimo dinero para ser sponsor o la marca de ropa oficial. 

Así las cosas, mientras que muchos piensan que los entrenadores más caros de básquetbol están en la NBA, salvo excepciones, les decimos que no es tan así. Y el ejemplo viene en ocasión de lo ocurrido esta semana en Ohio State, un colegio de prestigio en lo deportivo, que decidió terminar su relación con el coach Chris Holtmann. En la NCAA es muy común que los entrenadores se queden muchos años en el mismo colegio, y quizá por eso Holtmann, que hace 6 años y medio estaba al frente del equipo, tenía contrato casi 5 años más, hasta junio de 2028 (extensión firmada en el 2022). 

¿Cuánto le saldrá el chiste a Ohio State? Aunque las versiones no son exactas, ambas hablan de una montaña de dólares: entre 12.8 y 14 millones de dólares. Es cierto que el equipo cayó un poco en las dos últimas campañas (16-19 en la 22/23, 14-11 en lo que iba de esta), pero así y todo el récord global de Holtmann (137-86, 61.4%), es el segundo más alto de toda la historia de la institución. Ahora se tomarán el resto de la temporada con un DT interino para ver a quién eligen a futuro. Parece que la indemnización no los preocupa demasiado.