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Aunque es cierto que aún falta mucho por mejorar, la NBA es una liga pionera en la lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres. En este momento, son once las entrenadoras que forman parte de algún staff técnico perteneciente a las diferentes franquicias de la competencia. Todas ellas tienen una historia más que interesante y pergaminos que las avalan para desempeñar esa tarea o incluso, en un futuro muy cercano, convertirse en la primera mujer que ocupa el puesto de entrenadora principal.

Jenny Boucek: la que desde 2018 es la primera asistente mujer en la historia de Dallas Mavericks tuvo una corta carrera como jugadora, pero posee mucha experiencia en el puesto que hoy ocupa. Jugó apenas una temporada en la WNBA y otra en el básquet de Islandia pero, a partir de 1999, alternó entre asistente y entrenadora principal en varias franquicias de la liga femenina de los Estados Unidos. De aquellos años se destacan especialmente 2004 y 2010, en los que consiguió el título como asistente de las Seattle Storms.

Brittni Donaldson: es la asistente más joven de la NBA. Tuvo un paso como jugadora por la Universidad de Northen Iowa, pero luego se dedicó a las estadísticas. Trabajó como analista de información en STATS LCC y eventualmente fue contratada por Toronto Raptors para realizar esa misma función, hasta que el presidente Masai Ujiri la ascendió al puesto que actualmente ocupa.

Lindsay Gottlieb: una de las más experimentadas de la lista. Desde 1999, formó parte de diferentes staff técnicos pertenecientes a universidades de la NCAA. En 2011, se transformó en la novena mujer que ocupaba el cargo de entrenadora principal en la historia del equipo femenino de la Universidad de California. Dos años más tarde, lideró al programa hacia su primera participación en el Final Four. Cleveland Cavaliers la contrató por cuatro temporadas en 2019.

Becky Hammon: quizás la más conocida de todas y la que más chances tiene de ser la primera entrenadora jefe de una franquicia NBA. Hammon fue una estrella de la WNBA tanto en New York Liberty como en San Antonio Stars. En 2011, la liga la incluyó entre las quince mejores jugadoras de todos los tiempos. Tuvo un exitoso paso por Europa y luego retornó, para convertirse en coach asistente de los Spurs. Para 2015, ya estaba rompiendo barreras: fue la primera en dirigir un equipo de la Summer League y, dos años más tarde, en participar de un staff que dirigiera el All-Star Game. Apenas dos temporadas atrás, Milwaukee Bucks la entrevistó para el puesto de entrenadora principal. Finalmente, eligieron a Mike Budenholzer.

Lindsey Harding: pasó nueve años en la WNBA, con seis equipos diferentes. Fue campeona de la Copa de Turquía con el Galatasaray en 2013. Más adelante, ya como entrenadora asistente, formó parte del staff de Philadelphia 76ers y actualmente es la responsable del desarrollo de las jóvenes figuras de Sacramento Kings.

Niele Ivey: jugó en la WNBA desde 2001 hasta 2005. Al retirarse, pasó doce años como entrenadora asociada y coordinadora de reclutamiento del equipo femenino de la Universidad de Notre Dame, en donde se había formado como jugadora. En agosto del 2019, Memphis Grizzlies la contrató como coach asistente de la franquicia.

Kara Lawson: All-Star, campeona de la WNBA y medallista olímpica en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, en donde el Team USA se quedó con el primer puesto. Cuando colgó los botines, Lawson se convirtió en analista televisiva para la cadena ESPN, Sacramento Kings y Washington Wizards. Aunque estaba enfocada en su carrera en televisión, en 2019 recibió un llamado de los Boston Celtics y aceptó ser la coach asistente de la franquicia.

Natalie Nakase: experimentó una corta carrera como jugadora y nunca pudo formar parte de la WNBA. Pero, como entrenadora, se abrió camino hasta la NBA. Primero, pasó por el básquet de Alemania y de Japón. Luego, llegó a la fillial de la G-League de Los Angeles Clippers. Gracias a su labor allí, en 2018 fue promovida al puesto de desarrolladora de jugadores en la franquicia principal.

Karen Stack-Umlauf: la protagonista de una de las historias más interesantes que tiene la NBA. Jugó durante muchos años fuera de los Estados Unidos y, al regresar en 1985, se unió a los Chicago Bulls. Lo hizo como vendedora de entradas. Pero, desde que llegó, no paró de ascender. Con los años, se hizo un lugar en la dirección de operaciones de básquet de la franquicia. En 2017, convenció a los directivos de dejarla entrenar y la asignaron primero a la Summer League y más adelante al equipo principal.

Kristi Toliver: fue dos veces campeona de la WNBA, ganó dos Euroligas y actualmente sigue en actividad como integrante del plantel de Los Angeles Sparks. Antes de aceptar unirse a la franquicia californiana, Toliver jugó para las Washington Mystics y también logró unirse al cuerpo de asistentes de los Wizards, puesto que aún mantiene.

Teresa Weatherspoon: una eminencia del básquet mundial. Desde que comenzó su carrera profesional en 1988, recolectó una enorme cantidad de premios individuales y se posicionó como una de las mejores jugadoras de todos los tiempos. Se retiró en 2004 y comenzó su trayectoria como entrenadora, camino que la llevó a ser la líder del equipo femenino de la Universidad de Louisiana Tech. En esta temporada, se unió al staff de New Orleans Pelicans para desarrollar el talento joven del plantel. Recientemente fue inducida al Hall of Fame.

Leandro Carranza/[email protected]
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