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Los  Nuggets han atravesado una semana turbulenta con decisiones drásticas dentro de la organización. El equipo despidió a su entrenador Michael Malone y al gerente general Calvin Booth, movimientos que generaron un impacto inmediato. Con David Adelman como entrenador interino, el equipo ha reaccionado con dos victorias consecutivas, incluida una crucial ante los Memphis Grizzlies por 117-109, lo que ha revitalizado su campaña rumbo a los playoffs.

La gran figura en ese triunfo volvió a ser Nikola Jokic, quien registró su triple-doble número 34 de la temporada con 26 puntos, 16 rebotes y 13 asistencias. Con esa actuación, Jokic aseguró promediar un triple-doble en la temporada completa, uniéndose a Oscar Robertson y Russell Westbrook como los únicos jugadores en la historia de la NBA en lograr esa hazaña y siendo el único pivote en lograrlo.

El encuentro ante Memphis fue especialmente significativo, ya que una derrota habría colocado a Denver en peligro de caer al torneo de play-in. Pese a ir perdiendo por 15 puntos en los primeros minutos, los Nuggets reaccionaron y ajustaron en defensa, limitando a los Grizzlies a solo 14 puntos en el último cuarto, una muestra de carácter en un contexto que se sintió como de postemporada.

Con este impulso, los Nuggets llegan a su último partido de la temporada regular con la oportunidad de asegurarse el cuarto lugar del Oeste. Si vencen a los Rockets, quienes posiblemente reserven a sus titulares, asegurarán esa posición gracias al desempate que tienen sobre los Clippers. El rendimiento de Jokic y el cierre defensivo del equipo los colocan en una posición mucho más favorable de cara a los playoffs.