La historia que une a Zion Williamson y Ja Morant
10:57 08/03/2020 | Las dos primeras elecciones del Draft de 2019 fueron compañeros en un equipo del circuito AAU. Un repaso a la historia que los une desde antes de su arribo a la NBA.
¿Cuáles son las probabilidades de que dos compañeros de un equipo del circuito AAU acaben siendo la primera y la segunda elección de un Draft de la NBA? Seguramente pocas. Pero, una vez más, el deporte demuestra que la realidad puede superar a la ficción: antes de llegar a la liga, Zion Williamson y Ja Morant jugaron juntos como dos jóvenes a los que nadie le prestaba mucha atención.
En la actualidad, el interno de New Orleans Pelicans y el base de Memphis Grizzlies son la dupla que se disputa el premio al Rookie del Año. Los flashes que apuntaban a la camada del Draft 2019 están enfocados casi exclusivamente en ellos y no por marketing, sino por su innegable nivel. Sin embargo, hubo un tiempo en el que tanto Williamson como Morant aún no eran estrellas en ascenso y su impacto mediático era nulo.
Ocurrió en el circuito AAU, una organización dedicada a promover el talento de los jóvenes. Allí, con la camiseta de los South Carolina Hornets, ambos intentaban destacarse entre la marea de promesas. La realidad, muy distinta a la de ahora, era que ninguno de los dos tenía un papel protagónico en el equipo. Eran jugadores de rol, opacados por un muchacho llamado Devontae Shuler: “Él era el hombre en South Carolina. Yo jugaba con él y pensaba que lo que hacía era increíble. A mí nadie me conocía. Era uno más que estaba en noveno grado”, contó Williamson en el podcast de su compañero J.J. Redick que pertenece al multimedio The Ringer.
A pesar del escaso reconocimiento que recibían del exterior, el juego de uno impresionaba a otro y viceversa. Morant, que conoció a la versión más pequeña y menos musculosa de Zion, admiraba la capacidad de salto y el poderío ofensivo que este exhibía. Williamson, por su parte, destacaba la fortaleza atlética y la lectura de juego de Ja. Ninguno de los dos, por ese entonces, imaginaba que años más tarde iban a entrar juntos a la NBA como los prospectos más interesantes de su clase.
El tiempo pasó. Ambos brillaron en sus respectivas secundarias. Y, luego, en la NCAA. El 20 de julio de 2019, en el Barclays Center de Brooklyn, Adam Silver los nombró primero que todos los demás talentos juveniles. Dos franquicias en reconstrucción los seleccionaron y, a partir de ese momento, se encargaron de demostrar que llegaron para quedarse y que quieren ser superestrellas. Sus carreras estarán ligadas para siempre, como una historia en la que los dos protagonistas salieron de las sombras para relucir en el escenario más grande.
Leandro Carranza/[email protected]
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