Basquetplus.com

Ganar el premio al MVP de la temporada regular no es para cualquiera. Sólo lo consiguen los líderes de sus respectivos equipos, quienes tienen el nivel suficiente como para brillar individualmente y comandar la nave hacia buen puerto al mismo tiempo. Sin embargo, en los últimos años se ha dado una situación que tiene pocas excepciones: que el receptor del premio no puede guiar a su franquicia hacia el título.

Al tomar las últimas veinte campañas de la competencia, la evidencia es clara: apenas cuatro de los jugadores que lograron levantar el galardón pudieron continuar con esa carrera triunfal hacia el Larry O'Brien. El más reciente de todos es Stephen Curry, quien en 2015 se hizo con el MVP y sus Golden State Warriors festejaron en las Finales ante los Cleveland Cavaliers.

Los otros son LeBorn James (en dos ocasiones), Tim Duncan y Shaquille O'Neal. Estos últimos pudieron hacerlo en el inicio del milenio: 2000 y 2003, respectivamente. Mientras tanto, el Rey fue capaz de llevarse la estatuilla y campeonar en dos cursos consecutivos entre 2012 y 2013.

Dichos casos surgen como una excepción a lo que se ha transformado en una realidad. En las últimas cuatro ediciones de la competición, el MVP no logró alcanzar ni siquiera las Finales. Todo indica que Giannis Antetokounmpo, quien junto a sus Milwaukee Bucks recibió una dura eliminación en las Semifinales de Conferencia Este ante el Miami Heat, repetirá el MVP obntenido el año pasado.

Será su segunda aparición en un listado de nombres ilustres que, a pesar de ganar el premio, no pudieron liderar a los suyos hacia el bien mayor: desde el 2000 para adelante, entraron en este grupo Allen Iverson, Duncan en 2002, Kevin Garnett, Steve Nash dos veces, Dirk Nowitzki, Kobe Bryant, James en dos oportunidades, Derrick Rose, Kevin Durant, Curry en 2016, Russell Westbrook, James Harden y el mencionado griego.