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Restaban 14 segundos del partido que los Pelicans le estaban ganando a Houston Rockets cuando se encendieron todas las alarmas en New Orleans: DeMarcus Cousins fue a pelear por un rebote hasta que sintó un dolor extraño en su pie izquierdo. Se quedó tendido en el suelo, con notable muestra de dolor e impotencia, y tuvo que ser ayudado por sus compañeros para dejar el campo de juego. Hasta ese momento estaba jugando un partidazo: 15 puntos, 13 rebotes y 11 asistencias.

Posteriomente se confirmó con una resonancia magnética que Cousins había sufrido la rotura de tendón de Aquiles del pie izquierda. El jugador que había sido elegido como uno de los titulares para el All Star Game finalmente no podrá estar en aquella cita. Pero lo más importante radica en que se perderá el resto de la temporada, dado que el tiempo estimado de recuperación varía entre 6 y 10 meses. 

"Estamos asustados. Me siento fatal por él. Todo lo que ha hecho, todo lo que ha intentado hacer por nosotros este años y lo que ha mejorado en todos los aspectos dentro y fuera de la cancha ha sido simplemente genial. No quiero que le pase algo así a un tipo que está intentando ser la mejor versión de sí mismo", comentó su técnico, Alvin Gentry, luego de un partido que finalmente quedó en manos de NOLA 115-113.       

Cousins era una pieza clave en el enorme momento de los Pelicans, que ganaron siete de sus últimos ocho partidos y mantuvieron el sexto puesto en la dura Conferencia del Oeste (27-21). El jugador interior estaba promediando 25.2 puntos, 12.9 rebotes, 5.9 asistencias, 1.6 robos y 1.6 tapones a lo largo de esta temporada, por lo que la terrible noticia generará un hueco en su roster, además del bajón anímico.