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Sin lugar a dudas, este Juego 3 de las Finales de la Liga Nacional ha sido el más complejo para San Lorenzo. La mayor parte del mérito se la lleva el planteo de Regatas, que estuvo muy intenso en defensa, envalentonado por el regreso de Donald Sims y de Paolo Quinteros, lo que generó que los porcentajes del equipo correntino mejoraran del 48% al 57% en dobles.

En el segundo período San Lorenzo no encontró respuestas de los que estaban dentro del campo, como así tampoco de quienes ingresaron, y configuró el peor cuarto ofensivo de toda la postemporada. El Ciclón anotó solamente 10 puntos, una cantidad que se ubica muy por debajo de los 21.6 que promedia por parcial. Estos 10’ sirven para graficar lo dicho anteriormente.

En este cuarto en cuestión Regatas fue un torbellino intensísimo en defensa y estuvo muy efectivo en ataque, para meter un parcial de 13-0 en el arranque del mismo con el que se alejaron 42-24. San Lorenzo tuvo muy bajos porcentajes, tanto de dobles (33.3% -2/6-) como en triples (22.2% -2/9-). La fineza del Remero en la ejecución no le permitió al rival correr la cancha y, por consiguiente, los de Boedo no pudieron imponer su juego.

También el 3°C y el 4°C estuvieron muy por debajo de los estándares del Ciclón: 15 y 13 puntos, respectivamente. De esta manera finalizó el juego con 62 puntos a su favor, casi 24 unidades menos de su media de 86.4 en esta postemporada. Un cambio de cara total para el plantel de Gabriel Piccato, que en el Juego anterior había recibido 36 puntos en los primeros 10’ de juego. Anoche, si se toman en consideración los últimos 30’, recibió 38.

El cambio de escenario, la vuelta de Donald Sims y de Paolo Quinteros, el apoyo de su gente y el hambre de gloria le permitieron a Regatas llevar a cabo esa revolución que tanto estaban buscando. Ahora la serie está 2-1 para San Lorenzo y el panorama de la serie se modifica rotundamente. El Remero fue capaz de encontrar la fórmula para derrotar al equipo de Julio Lamas e intentará repetirla mañana en el Juego 4.