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La NBA es una de las ligas que más casos registra de Coronavirus entre sus equipos. En parte puede deberse a que son 30 los equipos que la componen y esto conlleva un gran riesgo de contagio ante una pandemia que puede llegar a contagiarse aún sin tener síntomas.

El primero en dar positivo fue Rudy Gobert. El francés de los Jazz fue el detonante principal y causó la suspensión de la liga. Al día siguiente, tras realizarle estudios al resto de los intrgrantes del equipo, Donovan Mitchell también dio positivo. En las horas siguientes varias franquicias empezaron a hacer analisis a sus jugadores, sobre todo los que habían estado en contacto con los Jazz, y Christian Wood, hombre de los Pistons, confirmó el tercer caso entre los deportistas.

Luego de eso, pasaron algunos días hasta que, el martes, los Nets anunciaron que había cuatro jugadores contagiados. Pese a que el equipo no dio a conocer los nombres, Kevin Durant lo reconoció públicamente. El ex-Warriors pidió "que todo el mundo tenga cuidado y guarde cuarentena, superaremos esto".

Finalmente, ayer cuatro franquicias informaron que varios miembros de su staff, sin aclarar si eran jugadores, entrenadores o trabajadores de los equipos. La primera en hacerlo fue Denver, que en las primeras horas de la tarde comunicó que había un infectado en su equipo. Tras este anuncio, llegó el de los Sixers, que tienen a tres empleados contagiadas en sus filas.

Sobre el cierre de la jornada, los dos equipos con más títulos en la historia de la NBA reconocieron que tienen casos en sus equipos. Los Lakers hicieron el anuncio antes y dijeron que las dos personas son jugadores, pero sin dar a conocer quiénes son. Los que si lo informaron fueron los Celtics, que comunicaron que Marcus Smart dio positivo y que, al igual que Durant, dejó palabras esperanzadoras: "No tengo síntomas y me siento bien, pero esto no es ninguna broma y hay que tomarlo en serio".

En total son 14 los infectados por Coronavirus en la NBA. Adam Silver informó que estaban barajando tres posibles soluciones para finalizar la temporada, pero lo cierto es que se pierde mucho, sobre todo en lo económico, con esta situación. Además, Popovich y Kerr, quienes siguen trabajando si los Juegos Olímpicos se llegan a realizar, deberán analizar bien a qué jugadores llamarán teniendo en cuenta que la cifra puede seguir creciendo y las superestrellas no están excentas de infectarse.