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Hasta que Larry Brown le ordenó a Pepe Sánchez que ingresara a la cancha el 31 de octubre del año 2000, los argentinos pensábamos que tener a un jugador nacional en esa liga era imposible. 54 años después de la creación de la NBA, jamás un argentino había pisado oficialmente una cancha, más allá del coqueteo de unos pocos (Hernán Montenegro, Jorge González, Héctor Campana). 

Sin embargo, ese 31 de octubre ocurrió lo impensado, y por duplicado. Porque mientras Pepe entraba con la camiseta número 4 de los Sixers, contra los Knicks, un ratito más tarde, en la otra punta de Estados Unidos, Rubén Wolkowyski hacia lo propio, poniéndose la 45 de Seattle Supersonics para estrenarse en la mejor liga del mundo contra Vancouver Grizzlies. Pepe jugó ese día solo 2 minutos, sin anotar puntos. El Colorado estuvo más tiempo en cancha (12), y tampoco marcó. 

Al año siguiente, ninguno de los dos continuó. Pepe firmó en el Panathinaikos de Grecia, donde se consagraría campeón de Europa, mientras que Wolkowyski fichó en el CSKA ruso. Ambos volverían a la NBA en la 2002/03. En esa campaña 2001/02 no hubo argentinos, pero a mediados del 2002, tras el Mundial de Indianápolis, llegaría Emanuel Ginóbili, inaugurando una racha de años consecutivos con argentinos en la NBA que terminó hoy, 27 de agosto de 2018.

Fueron 16 temporadas consecutivas, con años increíblemente fructíferos, sobre todo la campaña 2007/08, con el increíble número de 6 (Manu, Delfino, Herrmann, Nocioni, Oberto y Scola). En la 2016/17, aunque efímeramente, hubo otra vez un número alto (5), pero pronto la mayoría dejó la competición. 

Con el retiro de Ginóbili, las perspectivas de volver a tener un argentino en la NBA suenan difíciles. El que más cerca está, por nivel y observación de varios equipos, es Facundo Campazzo, aunque el base acaba de renovar por 3 años con el Madrid y eso siempre es un pequeño obstáculo para salirse. Deck también firmó por varios años, Vildoza lo mismo. Garino podría también tener su chance teniendo en cuenta que, por su pasado en la NCAA, su nombre es quizá más conocido. Sea como sea, hoy hay que acostumbrarse a que un argentino en la NBA no es moneda corriente. Nunca lo fue. Manu y varios otros fenómenos nos hicieron creer lo contrario durante, quizá, demasiado tiempo.